Muchos trayectos en furgoneta de Moralina a Muga. Vas viendo los fresnos, las encinas , olmos y robles. Los que somos aficionados a la botánica vemos los hipéricos, los gordolobos, los barceos y toda la corte de escobas, piornos, cantuesos y tomillos.
La verdad es que me pica que en el pueblo de mi mujer haya más gente que en el mío. Dos bares muy transitados, mientras en Moralina uno y menos gente. Es importante mantener los bares, que con la Iglesia son los centros de socialización naturales.
Recuerdo la infancia de verbenas donde bailábamos, pasodobles, rumbas y tangos hasta el amanecer. Me parece misión imposible, actualmente con dos o tres, vamos servidos si los tocan. Están de moda las macrodiscotecas que dan un ambiente diferente.
Está en peligro de subsistencia un colegio que ya tiene pocos chicos en la residencia. Los métodos de educación del cura don José fueron adecuados a su época pero considero que no se han adaptado a las nuevas circunstancias sociales. Las líneas de primaria e infantil se mantienen por familias de migrantes extranjeros. Otra posible solución para el colegio, organizando adecuadamente los cupos de menores extranjeros con itinerarios educativos interculturales y de aprendizaje de oficios por la comarca beneficiando también a los maestros de oficios.
Los pueblos de Marruecos donde tenemos proyectos en la provincia de Sidi Ifni tienen mucho de parecido con el Sayago de hace cuarenta años. Hay menos diferencia que con la cultura intergeneracional de redes virtuales. Hay mayor respeto por los saberes de los mayores y las raíces. La religión musulmana mantiene más las costumbres que la católica en los jóvenes.
Ha quedado más vacío que después de la guerra civil. Leyendo: “ La península de las casas vacías” de David Uclés, rememoro las atrocidades de los dos bandos. Da miedo la polarización actual y la falta de ética y criterio político. Parece fácil entretener y enardecer a las masas. Volvemos a una España de bodevil.
Sigue aumentando la población en verano. Se fuerza con las asociaciones culturales la añoranza del ayer. Hacemos el día de la parva o una feria. Lo valoran más los que abandonaron el pueblo, los que no sufrieron los rigores del trabajo en el campo. La siega, la trilla, la limpia, la matanza, la vendimia, la recogida de patatas,… Oficios perdidos, quedan algunos ganaderos de vacas u ovejas.
Los que hemos estudiado tenemos distintas prioridades y necesidades que los que han vivido del campo, distintas apreciaciones, habrá que escucharlos a ellos.
Hoy decía el cura que eran pueblos de puertas abiertas y acogedores, el señor era muy mayor, yo le echaba ochenta y muchos.