La operadora Adamo ha completado en los últimos tres meses el despliegue de fibra óptica de alta velocidad en 20 pueblos de la provincia de Salamanca. Esta iniciativa beneficia a 5.000 hogares, incluyendo pequeñas localidades como Castraz, de apenas 30 habitantes.
Hasta 5.000 hogares de una veintena de poblaciones salmantinas, han estrenado conexión a internet por fibra óptica durante los últimos tres meses. Este despliegue, ejecutado por la empresa especializada Adamo, supone un salto cualitativo para familias que residían en zonas con mayores dificultades de conectividad.
La compañía, que continúa extendiendo su red en la provincia, ha centrado sus esfuerzos en llevar la banda ancha ultrarrápida a pueblos y aldeas, reduciendo así la brecha digital con los grandes núcleos urbanos.
El plan de expansión de Adamo ha beneficiado a un total de 20 localidades, abarcando desde municipios de tamaño medio hasta pequeños anejos con apenas unas decenas de habitantes. La distribución completa del despliegue es la siguiente:
El proyecto destaca por su compromiso con las zonas de menor población. Es el caso de Castraz, uno de los pueblos con menos vecinos de la provincia con apenas 30 habitantes, que ahora cuenta con esta tecnología.
Asimismo, en Nava de Francia, además de los 250 inmuebles del núcleo principal, Adamo ha cableado el anejo de El Casarito, donde viven 20 personas que ya disponen de internet de alta velocidad.
Según informa la compañía, la tecnología instalada permite alcanzar velocidades de hasta 1.000 Mb. Esta es la misma capacidad de conexión que se puede encontrar habitualmente en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, lo que iguala las oportunidades digitales para los residentes de estas zonas rurales salmantinas.
La mejora en las comunicaciones se posiciona como un elemento clave para hacer frente al reto demográfico. La disponibilidad de una conexión a internet de alta velocidad es un factor decisivo para frenar la marcha de los jóvenes que se registra en numerosos pueblos de la provincia.
Esta infraestructura facilita con garantías actividades esenciales en el contexto actual, como el teletrabajo, la educación online, las compras por internet, la realización de citas médicas telemáticas o el disfrute de ocio digital como videojuegos, series y películas en remoto.