Expertos desvelan cómo el sol, el cloro y la sal afectan a la melena y ofrecen una rutina de lavado infalible para mantenerla sana y brillante durante las vacaciones.
El verano, con sus días de sol, playa y piscina, trae consigo uno de los mayores desafíos para el cuidado personal: mantener el cabello sano y radiante. La exposición constante a factores como los rayos UV, el agua salada y el cloro de las piscinas debilita la melena, dejándola opaca, seca, quebradiza y sin vida.
Estos elementos agreden la estructura capilar de forma directa. El cloro, por ejemplo, elimina los aceites naturales que protegen el cuero cabelludo, mientras que el sol daña la cutícula, provocando que el pelo pierda su brillo y se vuelva frágil. Por este motivo, adaptar la rutina de lavado es fundamental para proteger el cabello y presumir de una melena impecable durante toda la temporada.
Para contrarrestar los efectos negativos del verano en el cabello, los especialistas proponen una rutina sencilla pero altamente efectiva basada en cuatro pilares fundamentales.
1. Aclarar el cabello antes y después del baño
Un gesto tan simple como mojar el pelo con agua dulce antes de nadar es crucial. El cabello mojado absorbe menos cantidad de cloro o sal. Tras el baño, es igualmente importante enjuagarlo de inmediato para eliminar cualquier residuo dañino. "Un paso fundamental en verano consiste en aclarar el cabello con agua limpia antes de entrar en la piscina o el mar. [...] Después de nadar, enjuaga de inmediato con agua dulce para eliminar residuos que puedan acumularse y dañar la fibra capilar. Usa una botella de agua si no tienes acceso inmediato a una ducha", explica Carlos Queirós, director de Loretto Cabeleleiros en Gondomar (Portugal).
2. Utilizar un champú suave y específico
La elección del producto adecuado es determinante. Se recomienda optar por un champú reestructurante diseñado para cabellos expuestos al sol. Este tipo de champú no solo limpia en profundidad eliminando restos de sal, cloro y arena, sino que también restaura e hidrata la fibra capilar, dejando el pelo suave y nutrido desde la primera aplicación.
3. Lavar con agua tibia o fría
El agua caliente puede agravar la sequedad del cabello, un problema ya acentuado en verano. Lavar el pelo con agua a menor temperatura ayuda a mantener la salud capilar. "En verano, utiliza agua tibia o fría para cerrar la cutícula y mantener el brillo natural. Además, el agua fría estimula la circulación en el cuero cabelludo, promoviendo un cabello más fuerte", detalla Gema Casas, directora del salón Gema Casas Peluquería Orgánica, en Madrid.
4. Evitar el exceso de lavado
Aunque la tentación de lavarse el pelo a diario sea grande, hacerlo puede ser contraproducente al eliminar los aceites naturales que lo protegen. Es preferible espaciar los lavados según las necesidades de cada tipo de cabello. "En verano, intenta espaciar los lavados según tu tipo de cabello: cada dos o tres días para cabellos secos, o cada dos días para cabellos grasos. Con este hábito evitarás la deshidratación", afirma Christian Vendrell, director del salón Identity Peluqueros, en Valencia.
Adaptar tu rutina de cuidado capilar a las necesidades específicas del verano es la mejor inversión para disfrutar de cualquier plan estival con una melena espectacular.