Este vehículo, perteneciente a la colección de la DGT, es célebre por ser el coche con el que abandonó el Palacio de El Pardo tras la muerte de Franco en 1975.
Un vehículo que es mucho más que la suma de sus piezas. El Mercedes-Benz 450 SEL de 1974 que acaba de presentar el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca (MHAS) no es solo una joya de la ingeniería alemana, sino también un testigo silencioso de uno de los momentos clave de la historia reciente de España.
Como parte de su programa 'Pieza del Mes', el museo exhibe durante todo julio este imponente sedán, que forma parte de la valiosa colección de vehículos históricos de la Dirección General de Tráfico (DGT), depositada en el centro salmantino para su custodia y divulgación.
La relevancia de este automóvil trasciende su mecánica y diseño. Matriculado en 1974 por la Casa Civil de Franco, fue utilizado de forma exclusiva por Carmen Polo. Su momento más significativo llegó en 1975, cuando se convirtió en el vehículo con el que abandonó el Palacio de El Pardo tras el fallecimiento de Franco, un instante que lo inmortalizó como un símbolo del final de una etapa crucial en la historia contemporánea española.
Tras prestar servicio hasta 1989, el coche pasó a formar parte de la colección de la DGT en 1990, preservando así su legado. Su equipamiento de alta representación, con doble aparato de radio, aire acondicionado y una cortina de vidrio entre los asientos, refleja el estatus para el que fue concebido.
El Mercedes-Benz 450 SEL fue un icono de su tiempo, concebido para ser la imagen mundial de los vehículos de alta gama de la marca. Con una longitud de 5.060 mm y una anchura de 1.870 mm, su presencia es majestuosa, destacando por sus faros rectangulares y su señalada parrilla frontal.
Bajo el capó, alberga un potente motor V8 de 4.520 cc que desarrolla 225 CV, capaz de alcanzar los 210 km/h. Sin embargo, más allá de su fuerza, el modelo fue aclamado por la suavidad y estabilidad en la conducción, estableciendo nuevos estándares de confort y seguridad que lo consolidaron como un referente mundial de prestigio y tecnología.
El MHAS invita a salmantinos y visitantes a descubrir esta pieza única que conjuga valor tecnológico, estético e histórico, ofreciendo una ventana privilegiada no solo a la evolución del automóvil, sino también a la intrahistoria de nuestro país.