La concejal de Medio Ambiente, María José Coca, detalla el proyecto que busca crear una ciudad más sostenible y que responda a las demandas ciudadanas, dinamizando la economía local
Salamanca se encuentra en el umbral de una significativa transformación urbana, una metamorfosis que ha comenzado a reemplazar el tradicional dominio de la piedra por la vitalidad de espacios más verdes y naturales. La ciudad se prepara para una intervención que no solo cambiará su fisonomía en puntos neurálgicos, sino que también ha sido diseñada para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y adaptar el entorno urbano a los desafíos climáticos del futuro.
Este ambicioso proyecto de renaturalización, impulsado desde el Ayuntamiento de Salamanca, ha sido detallado por María José Coca, concejal de Medio Ambiente, quien ha explicado los pormenores de unas actuaciones que prometen una Salamanca más sostenible y resiliente.
Las obras, cuya licitación se acaba de completar, se centrarán inicialmente en cinco puntos estratégicos: las plazas de San Román, San Cristóbal, Bretón, Las Claras y Entornos, y la emblemática calle Gutemberg, situada en el Barrio del Oeste. Según ha avanzado la concejal Coca, se prevé que los trabajos arranquen "en el último trimestre de año", con una "duración estimada de 2 meses de ejecución". El objetivo es claro y ambicioso: "que para finales de este año Salamanca cuente con estas zonas renovadas, más verdes, accesibles y preparadas para el clima del futuro".
Esta iniciativa no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una visión más amplia que ya ha dado frutos visibles y ha servido de inspiración. La concejal ha recordado el "éxito de la Avenida de París", una actuación previa de renaturalización que, en sus palabras, "nos anima a seguir en este camino", demostrando la viabilidad y los beneficios de este tipo de intervenciones en el tejido urbano salmantino.
La decisión de emprender esta profunda transformación responde a una confluencia de necesidades y visiones estratégicas. Ante la cuestión de si la consigna "Menos piedra y más verde" surge de una demanda vecinal o de una iniciativa consistorial, María José Coca ha sido clara: "Surge de ambos lados". Ha detallado cómo "los vecinos nos han transmitido la necesidad de más sombra y espacios frescos, especialmente en verano", una petición que ha encontrado un eco directo en la planificación municipal.
Paralelamente, esta apuesta decidida por el incremento de la vegetación urbana "es un pilar de nuestra estrategia de infraestructura verde que busca reducir el efecto isla de calor y mejorar la calidad de vida", ha añadido la concejal. Se trata, por tanto, de una sinergia entre las aspiraciones ciudadanas y los objetivos de sostenibilidad y bienestar del Ayuntamiento.
María José Coca ha querido subrayar enfáticamente que el alcance de estos proyectos de renaturalización va mucho más allá de una simple mejora estética del paisaje urbano. "No solo se trata de estética, sino que principalmente de salud y adaptación al cambio climático", ha afirmado con rotundidad. La creación de entornos más naturales en el corazón de la ciudad tiene un impacto directo y positivo en el bienestar físico y mental de los ciudadanos, además de fortalecer la capacidad de Salamanca para mitigar los efectos adversos del calentamiento global.
Además, estas intervenciones han sido concebidas con una perspectiva económica y social, buscando "potenciar los espacios instanciales de estos barrios para contribuir a la consolidación de pequeños negocios, comercios, restaurantes y locales de ocio en una zona con potencial turístico". Se configura así una inversión multifacética en sostenibilidad ambiental, cohesión social y prosperidad económica local.
La actuación programada en la calle Gutemberg, en el Barrio del Oeste, es particularmente significativa. Como ha recordado la concejal, "los vecinos del barrio del oeste nos habían solicitado desde hacía tiempo esta actuación en el barrio y así seguiremos actuando". Este compromiso con la escucha activa y la respuesta a las necesidades vecinales no se limitará a este enclave, sino que se proyecta como un modelo a seguir en otras zonas de la ciudad.
De hecho, Coca ha adelantado que "ya se está trabajando en proyectos de renaturalización del barrio Garrido para mejorar no solo el aspecto visual, sino incrementar el arbolado y con ello la calidad de vida de los salmantinos". La visión que guía estas acciones es integral y ambiciosa: "Pretendemos seguir trabajando en esta estrategia de infraestructura verde porque creemos en un proyecto de ciudad y no de islas verdes aisladas", ha enfatizado, destacando la búsqueda de una red interconectada y coherente de espacios naturales urbanos que beneficie al conjunto de la ciudadanía.
El compromiso firme y continuado de Salamanca con un futuro más verde y sostenible se articula y materializa a través de la estrategia SAVIA. Este plan, lejos de ser un documento estático, se concibe como una herramienta dinámica que se adapta y evoluciona constantemente en función de las necesidades cambiantes de la ciudad y los imperativos crecientes del cambio climático. Ante la pregunta sobre la continuidad de SAVIA en este contexto, la respuesta de Coca ha sido inequívoca: "Absolutamente", ha aseverado.
"SAVIA es un plan vivo y seguiremos trabajando en crear nuevos corredores verdes, en seguir incorporando actuaciones en nuestros espacios municipales que mejoren la eficiencia energética y adaptando nuestros barrios frente al cambio climático", ha detallado la concejal. Esta estrategia se consolida, por tanto, como la hoja de ruta fundamental para una Salamanca que aspira activamente a ser un referente en adaptación y mitigación climática, integrando la naturaleza como elemento clave de su resiliencia.
Una de las preocupaciones recurrentes ante cualquier proyecto de incremento de zonas verdes urbanas es la disponibilidad y gestión del agua necesaria para su mantenimiento. La concejal de Medio Ambiente ha abordado esta cuestión con transparencia y datos concretos, asegurando que "el incremento de nuestras zonas verdes ya estaba previsto en el nuevo contrato de mantenimiento de parques y jardines". Esta previsión es fundamental para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las nuevas plantaciones.
Además, ha destacado los avances significativos que se han logrado en la gestión eficiente del riego en la ciudad. "Desde que se implantara el GAP y posteriormente la telegestión del riego, así como la plantación de especies autóctonas que requieren bajo consumo hídrico, el ahorro de agua desde 2019 ha alcanzado la cifra de 800 metros cúbicos menos de agua en cada hectárea", ha especificado. Este es un logro notable, especialmente si se considera que "en Salamanca actualmente contamos con más de 270 hectáreas" de zonas verdes. Estas cifras demuestran un compromiso firme y efectivo con el uso responsable de los recursos hídricos, permitiendo expandir el verde urbano de manera sostenible.
Finalmente, María José Coca ha querido enviar un mensaje directo y cercano a la ciudadanía salmantina, apelando a la corresponsabilidad en el cuidado, mantenimiento y disfrute de estos nuevos y renovados espacios verdes que enriquecerán la ciudad. "Que Salamanca es de todos y que cada árbol plantado, cada papel reciclado y cada gesto cuenta", ha manifestado con convicción, resaltando el poder de la acción individual sumada al esfuerzo colectivo.
Ha recurrido a una expresión que, según ha dicho, "nos gusta decir en el ayuntamiento: muchos pocos hacen un gran mucho". Con esta filosofía de colaboración y participación, ha extendido una invitación "a los vecinos a hacer un buen uso de nuestras zonas verdes, a participar de las jornadas de plantación y de voluntariado, y a disfrutar con respeto de nuestros parques".
La transformación verde de Salamanca ya está en marcha y se materializará visiblemente con las obras que comenzarán a finales de año en las plazas de San Román, San Cristóbal, Bretón, Las Claras y Entornos, y la calle Gutemberg. Estas intervenciones son el inicio palpable de una estrategia más profunda y ambiciosa. Con la implicación ciudadana y una planificación enfocada en la sostenibilidad integral, la ciudad aspira no solo a ser más bella y agradable, sino también un ejemplo de convivencia armónica entre el desarrollo urbano y el respeto por el medio ambiente. Como ha concluido la concejal, "juntos podemos hacer de Salamanca un ejemplo de sostenibilidad", un futuro donde el verde gane terreno, para el bienestar de todos los salmantinos y la resiliencia de la ciudad.