La muestra se puede ver en el Centro Internacional del Español (CIE-USAL), en la plaza de los Bandos
Donde antes habría un paisaje impoluto, ahora descansa una lata oxidada. Donde se esperaba la perfección de una pincelada, emerge la textura agrietada de un tronco viejo. No son errores, son los protagonistas de la valiente y honesta propuesta del artista salmantino Félix Felmart, cuya obra se expone desde hoy en el Centro Internacional del Español bajo el título "El Talento No Tiene Edad". Una muestra que es un acto de arqueología emocional y un rescate de la memoria colectiva que se esconde en los "trastos" del mundo rural.
La exposición, que reúne 23 obras del pintor, ha sido inaugurada en un acto que ha contado con la presencia del presidente del Conselho Económico e Social de Portugal, Luís Antunes, y el director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, Óscar González Benito. Un evento que ha servido para reivindicar la vejez como una etapa fértil en creatividad y profundidad.
Impulsada por el CENIE y la Fundación General de la USAL, la muestra forma parte del proyecto Nuevas Sociedades Longevas, financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) dentro del programa Interreg VI-A España–Portugal, y cuenta con la colaboración del Instituto Politécnico de Bragança y el Conselho Económico e Social de Portugal.
Durante la inauguración, Luís Antunes subrayó que “es fundamental construir sociedades donde la edad no sea un límite sino un valor añadido”, destacando la apuesta institucional por una visión inclusiva. Por su parte, Óscar González Benito señaló que “seguimos muy condicionados por estereotipos que asocian juventud con talento o creatividad. Desde CENIE trabajamos para romper esa percepción errónea y poner en valor la edad como fuente de experiencia y potencial”.
El propio artista, originario de San Martín del Castañar, ha desarrollado una sensibilidad única para dialogar con el pasado, convirtiendo su trabajo en un santuario para aperos, tinajas y utensilios. “Pinto lo que he vivido y lo que aún recuerdo. La edad no me quita la creatividad, al contrario, me da profundidad”, afirmó Felmart, resumiendo el espíritu de una obra que interpela y transforma.
A este mensaje se unió el reconocido fotógrafo Luis Malibrán, quien ofreció una reflexión sobre cómo mirar el arte y la vida. Para Malibrán, esta exposición es “un recorrido por la España rural más personal y profunda de Felmart, que nos evoca a un pasado que no se ha ido, que solo duerme en la memoria, y se despierta con una cocina de leña, unas flores secas, o el aroma de una casa que siempre es hogar”.
El proceso creativo de Felmart comienza mucho antes de enfrentarse al lienzo. Implica una labor de búsqueda y recopilación, un peregrinaje por anticuarios y casas particulares. "Es una forma de meterlos en valor y recordarnos un poco de dónde venimos", explica el artista. Su intención no es señalar hacia dónde vamos, sino anclarnos en el recuerdo de lo que fuimos.
Para las nuevas generaciones, una vieja tinaja puede parecer un estorbo, pero Felmart contextualiza su importancia. "Poseer una tinaja de esas era como hoy día tener un frigorífico en una bodega, eso era un elemento indispensable", afirma. Estos objetos, incluso agrietados, se reconvertían en almacenes para legumbres o grano, manteniendo un "uso permanente" en la economía de subsistencia.
Su arte combate una amnesia colectiva. "Tenemos tendencia a olvidar de dónde venimos", lamenta, recordando que la mayoría de la sociedad actual, aunque urbanita, procede de un medio rural no tan lejano. Ignorar esa herencia es ignorar una parte fundamental de nosotros mismos.
La sensibilidad de Felmart ha madurado con el tiempo. Él mismo reconoce que en sus inicios tendía a embellecer la realidad. "Los objetos feos tenía tendencia a olvidarlos, a borrarlos", confiesa. Sin embargo, su viaje artístico le llevó a una conclusión reveladora: "Lo que en su momento me parecía feo, hoy en día me parece interesante".
Con una técnica pictórica muy característica, cargada de textura y materia viva —vasijas, ruedas, jarrones—, las piezas de Felmart rescatan escenas que habitan en los márgenes del recuerdo. La cocina de la abuela, las flores, un paseo en bicicleta… cada cuadro es un reflejo de nuestra identidad.
La exposición "El Talento No Tiene Edad" podrá visitarse con entrada gratuita hasta el próximo 23 de septiembre. Una oportunidad para sumergirse en un universo donde los objetos hablan, los paisajes respiran y la vejez se revela como una forma de sabiduría, memoria y arte.