Dos mil años después, Salamanca sigue fuera del mapa ferroviario moderno
Dicen que los romanos, ya supieron ver la importancia de unir el norte y el sur de la península. Por eso construyeron la Vía de la Plata. Dos mil años después, nosotros seguimos dándole vueltas a si vale la pena reabrir el tren que seguía ese trazado. Spoiler: sí, pero parece que no hay prisa.
Salamanca, mientras tanto, contempla el espectáculo desde el andén. La Ruta de la Plata ferroviaria cerró en los 90, cuando todavía usábamos fax y creíamos que Internet era una moda pasajera. Desde entonces, todo han sido “estudios de viabilidad”, “plazos razonables” (léase: 2050) y muchas ganas de parecer interesados sin hacer absolutamente nada. No vaya a ser que el oeste español se acostumbre a tener infraestructuras.
Un tren limpio, eficaz y vertebrador suena bien, sobre todo si no hay que ponerlo en marcha hasta dentro de 25 años. Total, ¿qué son unas cuantas generaciones más de salmantinos esperando en la estación vacía?
Mientras el Gobierno sigue entretenido en sus propios escándalos, el Congreso se llena de buenas intenciones y los papeles duermen el sueño eterno de los cajones ministeriales. Eso sí, las fotos y ruedas de prensa no faltan. Salamanca, por lo visto, no merece un tren, pero sí promesas con vagón preferente.