ALBA DE TORMES
Actualizado 29/06/2025 09:28:42
Roberto Jimenez

Sacerdote y humanista nacido en Pedrosillo de Alba, fue una destacada figura intelectual que obtuvo el reconocimiento de Unamuno. Sin embargo, su carácter crítico y sus valientes artículos periodísticos bajo el seudónimo de Apolo Serdán le generaron conflictos con el poder eclesiástico

La historia de Salamanca está llena de figuras intelectuales que, como Fray Luis de León, se enfrentaron a las estructuras de su tiempo. Un siglo después, otro nombre resuena con ecos similares: el de Andrés Alonso Polo (1876–1924), un sacerdote, humanista, poeta y periodista cuya vida fue un torbellino de brillantez académica, compromiso social y conflicto con el poder establecido.

Nacido en Pedrosillo de Alba en el seno de una familia de trece hermanos, su trayectoria fue tan singular como intensa. Su biografía revela a un hombre de profundas convicciones y un carácter independiente que le granjeó admiradores y detractores a partes iguales, dejando una huella que merece ser recordada.

Un expediente académico deslumbrante

Desde su ingreso en el seminario de Salamanca a los diez años, Alonso Polo demostró una capacidad intelectual fuera de lo común. Ordenado sacerdote en 1903 por el obispo Tomás Cámara, su sed de conocimiento le llevó a compaginar su labor pastoral con una sólida formación humanista.

Ejerció como profesor de Griego y Hebreo y, en 1907, se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca, obteniendo el Premio Extraordinario ante un tribunal presidido por el mismísimo Miguel de Unamuno. Un año después, completaría su doctorado en Madrid, consolidando una formación que le abriría las puertas de la docencia universitaria en México.

El choque con el poder y su vocación social

Tras su regreso de Puebla en 1914, su carácter independiente y su agudo sentido crítico provocaron tensiones con el cabildo salmantino. Este enfrentamiento le llevó a ocupar canonjías en Toledo y, finalmente, en Santiago de Compostela, donde también impartió clases de Sagradas Escrituras.

Fue en el periodismo donde encontró su gran vehículo de expresión social. Bajo el seudónimo de Apolo Serdán, firmó valientes artículos que abordaban la situación política, la defensa de España o el papel de la mujer en la sociedad, anticipándose a debates que tardarían décadas en llegar. Sus textos eran una crítica lúcida y certera a la clase política de su tiempo.

La sensibilidad del poeta y dramaturgo

Más allá del ensayista y el sacerdote, existía un poeta de gran sensibilidad. En 1907 publicó el poemario Cantando y llorando y ya en 1898 había escrito un drama poético, Ángel de expiación, ambientado en la Guerra de Cuba y que llegó a ser representado en su pueblo natal.

Su estilo poético estaba profundamente influenciado por el magisterio de Gabriel y Galán, a quien admiraba, conectando así con una de las corrientes literarias más importantes de la Salamanca de la época.

Un final prematuro y un legado reivindicado

Aquejado de problemas de salud desde joven, la vida de Andrés Alonso Polo se vio truncada prematuramente el 20 de septiembre de 1924 en Santiago de Compostela. Su muerte, según recogen sus biógrafos, no fue lamentada por todos sus colegas del cabildo, evidenciando las tensiones que había generado.

Sin embargo, el pueblo llano y la prensa sí supieron reconocer su valía. El diario El Compostelano no dudó en compararlo con Fray Luis de León por su inmensa sabiduría y su valiente enfrentamiento con las estructuras más anquilosadas, un epitafio perfecto para una figura irrepetible.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Alba de Tormes
  3. >Andrés Alonso Polo, el sacerdote salmantino que deslumbró a Unamuno y chocó con el poder eclesiástico