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Actualizado 26/06/2025 17:32:12
Redacción

El 75% de las personas que piden ayuda padece ansiedad severa y un 46% ha tenido ideación suicida; cocaína y alcohol son las sustancias más consumidas, pero preocupa en cannabis, que empieza a consumirse a los 15 años

La imagen del adicto en una situación de exclusión extrema ha quedado obsoleta. Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la realidad que dibuja el Informe 2024 del Observatorio Proyecto Hombre es mucho más compleja y transversal, afectando a personas de todos los entornos y niveles socioculturales. La principal conclusión es una llamada de urgencia: la salud mental y las adicciones son dos caras de la misma moneda.

El estudio ofrece una radiografía precisa del impacto emocional que sufren quienes piden ayuda. Los datos son contundentes y confirman que el sufrimiento psicológico no es una excepción, sino la norma. Un 75% de los usuarios presenta ansiedad severa, un 63% sufre depresión grave y un alarmante 46% reconoce haber tenido ideación suicida.

Esta situación es perfectamente visible en Salamanca, donde Proyecto Hombre acumula más de 20 años de experiencia. La entidad ha sido testigo de cómo el perfil de la persona con adicción ha evolucionado. Ya no se trata solo de sustancias como la heroína, sino de consumos normalizados como el alcohol o el cannabis, cuya percepción de riesgo, especialmente entre los jóvenes, se ha desvanecido.

El trabajo de Proyecto Hombre Salamanca se centra en profesionales, estudiantes o padres de familia que, en entornos aparentemente estables, han perdido el control. Esto demuestra que las adicciones ya no distinguen ni clase social ni nivel educativo, rompiendo con viejos estigmas.

Cocaína y alcohol, a la cabeza, pero con la sombra del cannabis

Según el informe, la cocaína (41,6%) y el alcohol (36,1%) siguen siendo las principales sustancias que motivan la búsqueda de tratamiento. En Salamanca, las cifras de consumo de cocaína son incluso superiores, afectando al 48% de los hombres y al 40% de las mujeres atendidas. Desde la asociación se alerta también del aumento de las politoxicomanías.

Sin embargo, la gran preocupación se centra en el cannabis. Está presente en el 66% de los hombres y el 52% de las mujeres que acuden a Proyecto Hombre a nivel nacional. Su creciente normalización ha provocado un descenso en la edad media de inicio de consumo hasta los 15 años, y muchas personas llegan a tratamiento tras más de una década de convivencia con el problema.

La brecha de género en la adicción: más tardanza y mayor sufrimiento

El informe también pone el foco en las diferencias de género. Aunque los hombres siguen siendo mayoría (81%), la cifra de mujeres (19,1%) crece y visibiliza realidades distintas. Ellas tardan una media de 18 años en pedir ayuda, cinco más que los hombres, y presentan mayores índices de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.

Con frecuencia, las mujeres acuden a tratamiento con hijos a su cargo y arrastrando vivencias de abuso emocional o físico. Esta realidad exige una respuesta terapéutica especializada, con un enfoque sociofamiliar y de género que Proyecto Hombre defiende como imprescindible.

Una respuesta integral y coordinada

Durante la presentación del informe, ponentes como Jesús Mullor, director del Observatorio Proyecto Hombre; Elena Presencio, directora general de la Asociación; y Vicente García, profesional de Proyecto Hombre Salamanca, coincidieron en un mensaje clave. La vulnerabilidad social y el deterioro personal de las personas con adicciones no pueden abordarse con respuestas parciales.

La conclusión es rotunda: salud mental y adicciones deben tratarse de forma conjunta y coordinada. Ante la dificultad de acceso a la red pública de salud mental, la asociación aboga por una intervención integral, con planes individualizados y acompañamiento familiar para ofrecer verdaderas oportunidades de recuperación.

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