El recinto está levantando la mano para convertirse en la pista de baile de una nueva etapa de ocio en Salamanca
Lo de La Aldehuela ya no es cosa menor. Salamanca ha descubierto que tiene un recinto capaz de reunir a 30.000 personas sin despeinarse, y eso es mucho decir. Lo vimos en el conciertazo de Panorama, que convirtió el parque en una explosión de música, luces y gente pasándolo en grande. Y lo mejor es que todo salió bien: sin incidentes, con autobuses llenos y una hostelería local frotándose las manos.
No es casualidad que el Ayuntamiento esté pensando en sacarle más jugo al sitio. Porque sí, se puede soñar a lo grande: traer artistas que normalmente solo pisan escenarios de pago, montar festivales de esos que hacen que la gente se cruce media península, o incluso hacer de La Aldehuela un punto fijo en el calendario cultural. Ya no vale con pensar en la Plaza Mayor como único epicentro del ocio.
Y ojo, no se trata de jubilar la Plaza. Nadie quiere que desaparezca la magia de los conciertos entre soportales y torres de piedra. Pero quizá ha llegado el momento de repartir juego.
Además, no hay que olvidar el dato: más de 110.000 personas participaron en las fiestas de San Juan de Sahagún. Eso ya no es una celebración, es una declaración de intenciones. Salamanca quiere moverse, cantar, bailar, vivir la cultura a lo grande. Y La Aldehuela está levantando la mano para ser la pista de baile de esa nueva etapa.