El talento y la dedicación de las jóvenes promesas iluminaron el tapiz en una jornada vibrante, donde la plasticidad y el compañerismo fueron protagonistas en la capital charra
El Pabellón Würzburg Silvia Domínguez se convirtió este domingo en el epicentro de la gimnasia rítmica de Castilla y León con la celebración de la esperada final autonómica. Los jóvenes gimnastas desplegaron sobre el tapiz un espectáculo de habilidad y elegancia, demostrando una admirable destreza en el manejo de los diferentes aparatos. La flexibilidad, la coordinación y la expresividad artística fueron la tónica dominante en cada ejercicio, reflejo de incontables horas de entrenamiento y una férrea disciplina.
Más allá de la competición, en las gradas del Würzburg se respiró un ambiente de auténtica fiesta deportiva. Familiares, amigos y entrenadores no cesaron de animar a los participantes, creando una atmósfera de apoyo y reconocimiento al esfuerzo de cada gimnasta.
La emoción de los momentos previos a cada actuación, la concentración durante las rutinas y la alegría compartida al finalizar, independientemente del resultado, pusieron de manifiesto los valores de compañerismo y deportividad que caracterizan a esta disciplina.