En las Casas Escuela Santiago Uno hace mucho hemos introducido el modelo constructivista sistémico y centrado en soluciones de terapia breve. Hay educadores y psicólogos que lo aplican para intentar facilitar cambios positivos en la vida de los chicos. Pero además de eso hemos creado un laboratorio de escucha.
Sabemos que lo hace un psicólogo escolapio y gran innovador llamado Enrique Sánchez en el colegio de Getafe. Como él dice escuchan los orientadores, los tutores, los directores, muchos profesores, educadores, etc. Normalmente se hace entre pasillos, en huecos entre clases, en recreos, etc. No parece una prioridad.
Es importante un espacio propicio, una cierta intimidad y una regularidad. Lo deben pedir los chicos y ser voluntario.
Para la escucha activa se necesita gran dosis de empatía. No se puede juzgar y los consejos no suelen aportar. Parte de una pedagogía del cuidado, te importa el chico y te afecta su felicidad y bienestar.
Se escucha con un lenguaje no verbal adecuado y no invasivo. La mirada debe ser limpia y sin prejuicios. Se respetan sus emociones y sólo hacemos de espejo.
Hacemos resúmenes de lo que van diciendo para que se sientan comprendidos.
No imponemos nuestras ideologías o religión, no interrumpimos. Es un arte humanizadora de valoración de la persona y sus sentimientos, los protagonistas son ellos y así se tienen que sentir. Ese clima acogedor desculpabiliza, quita miedos y da esperanzas al cambio aparentemente imposible. No se generan expectativas sólo se acompaña.
Según Carl Rogers: La buena vida es un proceso , no un estado del ser. Es una dirección no un destino.
Paul Watlawick decía que escuchar no es sólo oir, sino comprender, sentir y conectar profundamente con el otro.
El sencillo y a la vez complejo acto de la escucha puede ser un importante motor para el cambio. Requiere del educador o terapeuta una gran dosis de humildad. Hay que tener una mente abierta que permite construir realidades alternativas a nuestra propia visión de mundo. Ser escuchado y aceptado, tal como piensas y tal como sientes, permite empoderarse y mejorar la autoestima, el autoconcepto e incluso el autorefuerzo.
Niños y niñas que piensan en el suicidio y tienden a autolesionarse salen de crisis con una escucha digna y reparadora. Para muchos es desesperante no tener quién les escuche. Eso a veces lo relacionan con no tener alguien para quien ser importantes.