Trastorno delirante tipo celotípico, trastorno obsesivo compulsivo ( TOC), Trastorno límite de la personalidad, o incluso el abuso de sustancias ( por ejemplo, celotipia alcohólica ).
En nuestras niñas y niños con estrés postraumático, trastorno del apego y que están en el sistema de protección a la infancia, el problema de celos patológicos en las parejas, y entre amigas y amigos es complicado y doloroso hasta extremos insospechados.
Se maltratan psicológicamente por miedo al abandono, por inseguridad, por no creerse merecedores de cariño. Una infancia carente de los cuidados imprescindibles hace funcionar de continuo la amígdala, sin regulación de la corteza prefrontal.
La intervención terapeútica y la mediación tiene que partir de la base que no lo hacen porque quieren. Sería como culpabilizar a alguien que tiene cáncer y pedirle que se cure sólo.
Muchas veces se habla de relaciones tóxicas, pero la realidad es que por separado también están mal. Se crean relaciones muy posesivas y dependientes. Tienen heridas y secuelas emocionales que se curan repitiendo muchas veces lo que hacen bien y queriéndolos incondicionalmente. He visto muchas veces a educadores, profesores y familiares ampliarles la bola de sufrimiento con la incomprensión. Repetir hasta la saciedad que se dejen, que se hagan respetar o que no se peguen no es eficaz.
Hay que acompañarlos con firmeza para que puedan tener actividades educativas alternativas, que cumplan sus responsabilidades y ayudarles a regular la convivencia.
La influencia positiva se consigue apostando ilimitadamente por ellos. No se es cómplice de delitos y a veces tenemos que denunciar sin dejarles de ofrecer oportunidades.
Los celos son desconfianza, miedo, posesión, control, agresividad, odio, traición, sufrimiento, miedo. Las intervenciones dentro del modelo constructivista sistémico y centrado en soluciones se hacen de forma individual, o en grupo. Hacemos asambleas donde se tratan cosas personales de esta índole. Cuando se tratan los problemas en público en una asamblea se enriquecen las soluciones con un grupo amplio de reflexión. Afrontar los descontroles ayuda a que el grupo ampare y amplie la mirada para no juzgar. Se consiguen curaciones o protecciones colaborativas.
La terapia en grupo puede chocar con la protección de datos. Pero es un poco incoherente que luego los menores puedan exhibir en redes su peor imagen.
Ampliar la seguridad de compañía y la fidelidad protectora educa la relación sentimental.