Escribo este artículo de celebración de los 30 años de vida de la Tertulia Rona Dalba (como la mayoría la conocemos, por el nombre del lugar que desde hace 20 años se desarrolla) desde mi triple experiencia en ella: como un miembro participante más, como un ponente que he sido invitado en varias ocasiones a hablar de mis publicaciones de biografías de grandes creadores o de mi especialidad en salud mental, y como ciudadano salmantino, testigo del papel muy importante que ha tenido Luisa Vaquero en el contacto continuo con los especialistas invitados durante estos años y sigue teniendo esta exitosa Tertulia.
Para los lectores que aún no conozcan su funcionamiento, resumo brevemente el método que ha resultado tan eficaz y duradero: Bajo el liderazgo de D. Luis Gutiérrez, o más técnicamente hablando, en el papel de MODERADOR del grupo, con una frecuencia semanal y un horario y día fijos y una cifra media aproximada de 20 participantes por reunión, cada martes un especialista en un tema concreto ha sido invitado a exponer el tema elegido y posteriormente a comentarlo grupalmente por los asistentes. Los temas tratados durante estas tres décadas son, obviamente, innumerables; pero se pueden calificar a todos de temas culturales, y subdividirlos en: artísticos, musicales, históricos, políticos, sociales, geográficos, literarios, antropológicos, locales, etc…
La duración de cada reunión es de dos horas y excepto el período de la pandemia Covid19, ha sido una experiencia grupal sin más interrupciones.
Descrito simplemente así el método, no resulta obvio el o los porqués de que haya sido una experiencia de tanto éxito como lo prueba, en primer lugar la extraordinaria duración de ¡nada menos que treinta años! El segundo factor de su éxito lo subdivido en un doble factor: la calidad del moderador- conductor del diálogo grupal y la calidad de las motivaciones individuales de los asistentes: muy pronto los asistentes experimentaban desde sus primeras reuniones cuán positivamente se sentían beneficiados por la Tertulia; por diversos motivos, todos importantes: por la riqueza cultural que recibían a través no solo del ponente, sino del posterior diálogo de los oyentes, por la variación de los temas expuestos, de contenido generalmente muy cercano a los intereses y vida de los miembros; esto, en el plano manifiesto. Pero había y hay otros planos muy importantes en el enriquecimiento de las vivencias de los participantes: la creación de vínculos interpersonales de amistad con otros compañeros/as, la comprobación de que no es inevitable la situación de soledad en etapas tardías de la vida y finalmente el encuentro de una generación que puede reconocerse a través del diálogo y el aprendizaje abierto a nuevos temas, sin hacer excluyente para ser participante ni tener determinada edad, ni formación específica ni, por supuesto, pertenencia a algún grupo político o religioso.
Una experiencia pues, de diálogo y libertad de expresión, que siempre incluye el respeto a los diferentes.
¡Enhorabuena por estos treinta años de una experiencia excepcional cultural para la población salmantina y sobre todo para sus Mayores!
El próximo 27 de este mes finalizarán los Actos programados para esta celebración con una reunión festiva y conmemorativa, de Tertulianos.