La iglesia de Gajates, con su precioso ábside románico-mudéjar, se construyó hace ocho siglos, cuando Gajates era Gayates, y no existían el resto de edificaciones que hoy la acompañan en la Plaza Mayor.
Al llegar a la Plaza Mayor de Gajates es inevitable dejar que la mirada se desvíe hacia la iglesia del Salvador, a la que desde la cercanía de compartir la misma plaza, la Casa Consistorial parece mirarle con la incógnita de cómo pudo erigirse en dicha iglesia un ábside en que conjuguen tan perfectamente belleza y sencillez, lleno de ventanales casi todos ciegos, hechos pareciese que no para ver sino para ser observada su bella factura.
Contando con una prolongada historia, la actual iglesia del Salvador de Gajates se construyó a inicios del siglo XIII, cuando el románico aún predominaba como estilo arquitectónico (en este caso el denominado “románico mudéjar” o “románico de ladrillo”), cuando Gajates no era Gajates, sino Gayates, y cuando el resto de edificaciones que hoy acompañan a este monumento en la Plaza Mayor de la localidad aún estaban lejos de construirse.
Con todo, al erigirse la iglesia que hoy conocemos, Gajates ya contaba con casi tres siglos de historia, atribuyéndose su fundación como localidad a la repoblación impulsada por el rey Ramiro II de León en el siglo X, al ampliarse hacia el sur el territorio del Reino de León tras vencer a los musulmanes en las batallas de Simancas y Alhandega en el año 939.
Más tarde, Gajates llegó a contar con un castillo-palacio construido por el rey Alfonso VI de León en el siglo XII para su descanso en la localidad, que posteriormente habría sido reforzado con saeteras de ladrillo a finales del XII o inicios del XIII para ejercer una función de defensa de la localidad, presumiblemente como punto defensivo del Reino de León frente a Castilla en las guerras fronterizas entre ambos reinos, del que hoy quedan restos de una torre.
En todo caso, volviendo sobre la actual iglesia de Gajates, cabe apuntar que esta no data del siglo X cuando se fundó la localidad, sino de inicios del XIII, pudiendo obedecer este hecho o bien a la construcción de un nuevo templo más moderno que sustituyese a uno previo que habría quedado anticuado, o a la destrucción del templo anterior, pues no hay que olvidar que en 1196 las comarcas de Alba y Peñaranda fueron atacadas militarmente por Castilla, siendo saqueadas y destruidas parcialmente diversas localidades, constando que una de ellas fue la hoy pedanía gajateña de Galleguillos.
Estos hechos podrían hacer deducir, por la coincidencia en el tiempo, que Gajates pudo haber corrido la misma suerte que Galleguillos y haber sufrido las consecuencias de dicho ataque castellano la iglesia que tuviese entonces la localidad, que podría haber sido incendiada o destruida, debiendo construirse un nuevo templo a inicios del siglo XIII, fecha de la que data precisamente la actual iglesia del Salvador de Gajates.
En cuanto a la estructura de este monumento, cabe apuntar que posee planta basilical de una nave con cabecera de tramo recto presbiterial y ábside semicircular cerrando el templo en un extremo, sobre el que sobresale un cimborrio cuadrangular de factura posterior, mientras que en el costado opuesto es la torre-campanario la que cierra el monumento, irguiéndose como la parte más alta del conjunto, mientras que en su costado sur y, fruto de las posteriores reformas parciales acometidas, un pórtico renacentista sustentado sobre ocho columnas de granito abre la iglesia hacia la Plaza Mayor.
En todo caso, el mencionado ábside románico-mudéjar supone uno de los elementos originales del monumento que llevan viendo el devenir de Gajates desde su construcción hace más de ocho siglos, destacando además por su perfecta factura, con siete paños con arcos separados por ocho bandas verticales, constando cada uno de estos paños con tres alturas de arcos de medio punto, siendo casi todos ellos dobles aunque con algunos triples. Además, en el tramo recto llaman la atención las columnillas de ladrillo aplantillado en la arquería intermedia, con ladrillos situados en forma de abanico en las enjutas, que ayudan a darle más vistosidad al paño.
Por su parte interior, son dos las alturas de arcos de medio punto que se pueden observar en el hemiciclo interior del ábside, con las enjutas decoradas con ladrillos situados en abanico, como ocurría en una parte de la arquería intermedia del exterior. Asimismo, en el presbiterio se dan dos niveles de arcos también, aunque de apariencia reformada, ubicándose en este espacio el sepulcro de Pedro Aponte, del siglo XVI, que fue clérigo beneficiado de Gajates y uno de los impulsores del convento de la Anunciación de Alba de Tormes, cubriendo todo este espacio una bóveda de ladrillo semiesférica, que permite cerrar con vistosidad el espacio interior del ábside de la iglesia gajateña.
Y es que el ábside de la iglesia del Salvador de Gajates supone una especie de joyero bien custodiado por el resto del templo, con una exquisita decoración de arcos de ladrillo románico-mudéjar tanto en su exterior como en su interior, y cuya bóveda interior parece querer abrazar al ábside para protegerlo, como quien es consciente de su gran valor, de ese tesoro poco conocido, pero no por ello menos valioso, que constituye esta iglesia cuyo ábside lleva más de ochocientos años viendo el día a día de la histórica localidad de Gajates.