La veneración del cuerpo de Santa Teresacontinúa atrayendo a fieles de todo el mundo. En la cuarta jornada, un grupo de peregrinos croatas obsequió un rosario de oro a la Santa
La villa ducal de Alba de Tormes continúa siendo un faro de espiritualidad teresiana. En el cuarto día de la veneración especial del cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús, la afluencia de fieles no ha cesado, transformando la Basílica de la Anunciación en un crisol de devoción internacional. El prior de los Carmelitas Descalzos, el padre Miguel Ángel González, ha ofrecido un balance de una jornada que él mismo calificó como “muy intensa”, marcada por la oración y la llegada incesante de peregrinos desde primeras horas de la madrugada.
“Han sido muchos los peregrinos que han venido a Alba de Tormes”, relató el prior, destacando un inicio de jornada especialmente temprano. La actividad en el templo comenzó “más pronto aún de lo habitual, a las 7 y media de la mañana con un grupo de 50 croatas”. Este contingente no solo participó en la Eucaristía, sino que tuvo la oportunidad de “celebrar la misa en su idioma”, un detalle significativo que subraya la universalidad del mensaje teresiano. La delegación balcánica estuvo acompañada por “varios periodistas de Croacia para poder transmitir en su país la celebración realizada en Alba de Tormes”, llevando así la vivencia teresiana más allá de las fronteras españolas. Como recuerdo de su peregrinación, los fieles croatas “han obsequiado a Santa Teresa de Jesús un rosario de oro”.
Tras esta primera oleada matutina, la llegada de devotos fue continua. “Desde las 9 de la mañana, como viene siendo habitual, han ido llegando distintos grupos, familias y personas individuales”, explicó el padre Miguel Ángel González. El sentimiento predominante entre los asistentes, según el prior, era el “agradecimiento por la oportunidad de poder venerar el cuerpo y las reliquias mayores de Santa Teresa de Jesús”. Este acceso directo a los restos de la Doctora de la Iglesia es un momento cumbre para muchos creyentes, que encuentran en Alba de Tormes un punto de profunda conexión espiritual.
El ambiente dentro de la Basílica de la Anunciación, donde reposa el sepulcro de la Santa, fue una constante durante toda la jornada. El prior lo describió como de “silencio orante y de respeto total”. Esta atmósfera de recogimiento es fundamental para la experiencia de veneración, permitiendo a cada peregrino un encuentro personal con el legado de Santa Teresa. La organización y los voluntarios trabajan para mantener este clima, esencial en un evento de tal magnitud devocional.
El acto central de este cuarto día de veneración fue la solemne Eucaristía presidida por Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y actual presidente de la Conferencia Episcopal Española. La presencia de una figura tan relevante de la Iglesia en España subraya la importancia de esta veneración teresiana. El padre Miguel Ángel González destacó que Monseñor Argüello pronunció una “homilía muy profunda”, que sin duda caló entre los numerosos fieles congregados. La participación del presidente del episcopado español no solo enriquece el programa de actos, sino que también visibiliza el apoyo de la jerarquía eclesiástica a la devoción teresiana.
Tras la misa central, “a lo largo de todo el día, se ha reanudado la veneración”, permitiendo que más personas pudieran pasar ante el sepulcro de la Santa Andariega. La jornada culminó con otra Eucaristía vespertina, esta vez presidida por el padre Manuel Ángel, prior de los padres dominicos del convento de San Esteban de Salamanca. Esta elección no fue casual, ya que, como resaltó el padre Miguel Ángel González, el celebrante “ha resaltado la relación de la santa con la orden de predicadores en el convento de San Esteban de Salamanca”.
Este detalle histórico y espiritual es de gran relevancia, pues Santa Teresa mantuvo una estrecha relación con teólogos dominicos, especialmente del convento de San Esteban, quienes fueron sus consejeros y defensores en momentos cruciales. Recordar este lazo fraterno enriquece la comprensión de la figura teresiana y su contexto eclesial. La diversidad de carismas presentes en las celebraciones, carmelitas y dominicos, refleja la amplitud del impacto de Santa Teresa.
El prior de los Carmelitas Descalzos hizo hincapié en la procedencia variada de los asistentes: “Encontramos peregrinos de muy diversas nacionalidades”. Este carácter internacional de la veneración es una prueba más de la trascendencia universal de Santa Teresa de Jesús. A pesar de las diferencias culturales y lingüísticas, el padre Miguel Ángel González identificó un poderoso nexo de unión: “todos con el común denominador de la devoción y admiración hacia Santa Teresa de Jesús”.