Los psicópatas son tremendamente soberbios, y a los gritos y los menosprecios que reciben, junto con las acciones de la justicia y las opiniones de gente que sabe que vale muchísimo más, les impulsan a hacer el mal. Hay muchas y variadas cintas que inciden en este problema. Les aconsejo "La estilista" (Jill Gevargizian, 2020) o ,aunque menos atractiva, "Sissy" (Hannah Barlow y Kane Senes, 2022)
Personalmente, ya estoy harta de que la Oposición, los periodistas y la mayoría de los españoles, día sí y día también, estemos quejándonos por la desgracia de Gobierno que sufrimos. Valdría la pena preguntarse qué podemos hacer para echarlo definitivamente.
Estamos gobernados por comunistas, filoterroristas y golpistas, que tenemos a un polichinela en la Moncloa, al que chantajean, pero que él acepta encantado, ya que así vive bien su familia, sus amígueles bien colocados y él viajando en Falcon pavoneándose por todo el mundo. He oído a gente socialdemócrata y exdirigentes socialistas criticando ferozmente a este desgobierno. O sea, que junto al electorado liberal y conservador, hay mucha gente que quiere ya elecciones generales y que desea ver un Gobierno de verdad en España, que ponga en su sitio a los chantajistas que quieren destrozar nuestra, patria y reducirla a cantones independientes, como en la primera República. Ya se sabe cómo acabó aquello y luego la Segunda.
¿Queremos volver a repetir los errores del pasado?
Señores Abascal y Feijóo, dejen de ponerse zancadillas y saquen a la calle a la gente en toda España y no solo en Madrid. ¡El pueblo unido jamás será vencido!
Ha sido una frase repetida constantemente en diferentes manifestaciones, donde el principal propósito de los manifestantes es pedir el cumplimiento de sus derechos a las autoridades.
Los orígenes de esta expresión no son del todo claros, pero los registros indican que pudo haber sido dicha por primera vez por el político, revolucionario y abogado colombiano, Jorge Eliécer Gaitán (23 de enero de 1903- 9 de abril de 1948), de quien se cree fue pronunciada durante un discurso en 1940, y sirvió como inspiración, más de treinta años después, para la reconocida canción del mismo nombre escrita en medio del descontento de la sociedad chilena durante el gobierno de presidente Salvador Allende.