Después de tanta amoralidad nunca pensamos que nos faltaba por ver un apagón, que no es más que la manifestación de la falta de conocimientos de quiénes nos administran y gobiernan. Apagón que quedará diluido en las sombras del tiempo. La semana que viene nadie se acordará de él sino jocosamente. De momento esto no es más que la consecuencia de destruir un país, su tierra fértil y su ganadería para tener un sistema inestable. Nadie se pregunta nada por la caída también masiva de las redes de internet con el apagón, teóricamente los repetidores tendrían que tener una autonomía muy superior a lo que demostraron. Se llevó políticamente a las renovables al límite para agradar a la tontuna que aplaude cuando vuelve la luz. El sector eléctrico es el más intervenido de todos.
El mundo por otro lado va mal se recrudece la guerra en Ucrania y las democracias europeas cada día están más en entredicho. La administración Trump condena la persecución de AfD, formación que encabeza los sondeos en Alemania donde populares y socialistas creen que van a poder detener a la nueva derecha con amenazas y estigmas sin leer la realidad. Macron en Francia no para de hacer maniobras vergonzosas para frenar a Lepen, y veremos los resultados de Rumania. Estamos en una Europa que decide quién gana las elecciones independientemente de lo que se vote. Lealtad es cumplir las normas y leyes, lealtad es ser recto y no arbitrario. Vamos camino de que se olvide su significado. La sociedad está demasiada comprometida con la mentira.
España lleva dos años sin visitas de estado. La salud de un país también se mide por ellas. Ningún dignatario extranjero quiere venir o ser invitado. Nuestra política está de veras mermada. Algunos afirman que la corrupción cuesta a España unos 90.000, casi el 8 por ciento del PIB millones de euros anuales. Pero es mayo y vienen mil y una fiestas mayores en pueblos y ciudades con la Feria de Abril en mayo y el tiempo como protagonistas. Se ha dado la orden de derribar la presa de Valdecaballeros en Badajoz y dejará sin agua a una comarca que vive de la ganadería. España tendría solución si se pusiera a dirigir el país a personas cualificadas. Todo funciona mal. Cualquiera que venga de fuera ve que esto es un caos, lo normal cuando se antepone la ideología a la ciencia.
La ingeniería social a la que estamos sometidos quiere que veamos bien a un Papa que construya una iglesia humanista, según los tiempos y las ideas, pero la iglesia no es nuestra, es de Cristo y debemos permanecer fieles a sus enseñanzas y su Cruz sino queremos que se convierta en una secta o en una ONG sin sentido.
En la sanidad hemos llegado al sin sentido que si te pillas el COVID te recetan paracetamol, sin embargo si tienes la gripe te recetan paracetamol, si tienes asma también. La única diferencia es que para saber lo que tienes te tienes que hacer una PCR para saber si te recetan paracetamol o paracetamol. Luego si pasa algo Dios dirá. No sé si me explico.