"Damos las gracias a cada uno de los trabajadores que día a día van a sus puestos de trabajo, porque de cualquiera de las maneras, aportan a este mundo"
Es un hecho que nuestra sociedad ha estado marcada por numerosos hitos históricos que nunca pensamos vivir: la erupción de un volcán, una pandemia mundial, dos guerras, una DANA y, por último y más reciente, un apagón que ha dejado sin electricidad a Portugal, España y al sur de Francia.
Todos somos partícipes de lo duro que ha sido vivir cada una de estas experiencias, ya no solo en lo personal, sino en lo laboral. Hay trabajadores que han tenido que alargar sus días por la increíble preocupación que supone perder repentinamente el control de la jornada laboral. En la erupciónn del volcán de La Palma, miles de personas han perdido las tierras en las que trabajaban día a día, y con lo que cubrían sus necesidades. Con el COVID-19, tanto sanitarios como el personal de seguridad ciudadana cambiaron muchas costumbres para ofrecer un trato mucho más cuidado y seguro, teniendo en cuenta en todo momento las normas necesarias para evitar contagios y proteger a la ciudadanía.
Durante estas dos guerras que lamentablemente perduran en el panorama mundial, muchas personas se han involucrado para ayudar en lo máximo posible a los que sufren las consecuencias. En la DANA, toda Valencia se unió para que cada barrio saliera adelante, y miles de ciudadanos españoles salvaron los kilómetros que los separaban de la ciudad valenciana para volcarse de lleno en la causa.
Por último, el reciente apagón que han sufrido Portugal, España y el sur de Francia. Aún no se sabe el motivo con certeza, pero nada ha parado a la ciudadanía. Fuera cual fuere la razón de este apagón, la gente ha salido a ayudar una vez más. Los periodistas han sacado altavoces a las calles de sus sedes para que se pudiera escuchar la radio. Los cuerpos de seguridad han desalojado inmediatamente a los viajeros atrapados en los metros. Los supermercados hicieron lo que pudieron para salvar la comida, y al día siguiente, desde muy pronto, volvieron a reponer para que las personas pudieran comprar lo necesario. Los hosteleros ofrecieron facilidades a la hora de pagar y dieron todo lo que podían ofrecer. Y por supuesto, trabajadores del suministro de energía intentaron buscar la solución más rápida para que todo volviera a la normalidad.
Por todo esto, y por mucho más, en este Día del Trabajador damos las gracias desde Cáritas Salamanca a cada uno de los trabajadores que día a día van a sus puestos de trabajo, ya sea en la oficina, de cara al público, o teletrabajando desde casa, porque de cualquiera de las maneras, aportan a este mundo. Y de este modo, lo hemos querido celebrar el pasado jueves 24 de abril con nuestro habitual círculo del silencio en Puerta de Zamora, que dedicamos al empleo digno, y el miércoles 30 a través de las actividades por un empleo decente de la plataforma “Iglesia por el Trabajo Decente” en la parroquia de Lourdes. Porque en medio de cada dificultad, siempre hay manos que sostienen, corazones que acompañan y personas que no dejan de construir un mundo más justo.
Clara Ravelo, estudiante de periodismo y voluntaria de Cáritas Salamanca