Uno de los vecinos que atemorizaba a la localidad ha ingresado en Topas tras ser detenido, y otro se encuentra en busca y captura
Los vecinos de Dios le Guarde acabaron con unos inesperados aplausos de júbilo la protesta que habían convocado –a la que se sumaron alcaldes de localidades cercanas- para denunciar la inseguridad que venían sufriendo por culpa de tres personas residentes en la localidad que sospechan que están detrás de los robos principalmente en viviendas que se vienen produciendo “a diario”, según señaló el alcalde de Dios le Guarde, Manuel Francisco Sánchez.
La cuestión es que, estando en marcha esa concentración a las puertas de la Casa Consistorial, un integrante de la Guardia Civil se acercó al alcalde a comunicarle (lo que posteriormente transmitió a los vecinos) que uno de los individuos acababa de ingresar en la cárcel de Topas tras haber sido detenido una vez más en las últimas horas, mientras que otro de los individuos se encontraba en esos momentos en busca y captura, siendo previsible que acabe también entre rejas cuando sea localizado y detenido.
Pese a los aplausos de celebración de estas buenas noticias para los vecinos, todavía alguno de ellos preguntó en voz alta (sin obtener respuesta) qué ocurría con la tercera persona -una mujer- del trío de sospechosos, que han tenido totalmente “atemorizados” a los vecinos de Dios le Guarde, provocando que hubiese personas sin poder dormir por las noches o con problemas de ansiedad, todo ello en un lugar de población “vulnerable”, al superar los 80 años el 60% de los vecinos.
Manuel Francisco Sánchez expresó antes de conocer la detención de uno de los individuos que la situación “se está yendo de las manos”, temiendo que “vaya a más y que haya un problema más serio”, ya que habría vecinos que ya estarían también por las calles por las noches (a modo de ‘patrulla’), remarcando en todo caso que “la Guardia Civil está haciendo su trabajo, no le podemos reprochar nada, están atados de pies y manos”.
Como señala Manuel Francisco Sánchez, el problema no sólo venía afectando a Dios le Guarde, sino a otros cercanos como Alba de Yeltes (de hecho estas dos localidades habían remitido un escrito conjunto a la Subdelegación del Gobierno reclamando que se tomasen medidas) e incluso Ciudad Rodrigo, donde habrían entrado en un inmueble habitado en las últimas horas.
De igual modo, se tiene constancia de que estos individuos -con problemas de drogas, de ahí la comisión de los robos para intentar conseguir dinero- habían entrado, sin saber muy bien para qué, en el cementerio de Dios le Guarde y habían estado moviendo lápidas.