Abierto al público en el año 1883, hace más de 140 años, la naturaleza y el ocio entre los salmantinos son una de sus principales demandas
El Parque de la Alamedilla es el más céntrico y conocido de Salamanca. Considerado el pulmón verde de la ciudad, es uno de los más transitados y elegidos por los salmantinos para realizar diversas actividades de ocio.
Su inauguración oficial fue en el año 1883, sin embargo, su historia y origen se remontan años antes, tal y como recoge un resumen del estudio más extenso realizado por el técnico municipal Jacinto Pérez Jiménez y recogido por saviasalamanca.com.
El Parque de La Alamedilla tiene su origen en el año 1863, fruto “de la corriente ilustrada de la época, en la que prevalecía el interés por la naturaleza y el recreo y la creciente sociedad salmantina”, que pedía un espacio al aire libre. Una respuesta a la demanda de los vecinos de la ciudad.
Este espacio aparece en el primer plano que se conoce de Salamanca, en el año 1784 y muestra un triángulo delimitado por lo que entonces se conocía como Calzada Real a Madrid (después Paseo del Rollo), Paseo de la Puerta de Toro a la de Santo Tomás (luego Carretera de Vigo-Villacastín, hoy Paseo de Canalejas) y una esgueva que fue tapada alrededor de 1877.
Más parecido a la actualidad, este parque comienza a crearse en 1879, momento en el que el consistorio charro compra unos terrenos con el fin de hacer un paseo y un parque que “sirviese de solaz disfrute de los vecinos”.
Tras varias labores de acondicionamiento, la inauguración oficial del parque tuvo lugar en 1883, coincidiendo con las Ferias y Fiestas en honor a la Virgen de la Vega. Poco después, el espacio fue escenario de una Exposición Agrícola, Industrial y Pecuaria. Este evento supuso un importante reconocimiento para el Ayuntamiento, que recibió una medalla de oro por parte del jurado de la feria, en agradecimiento al “acertado diseño de los jardines y el embellecimiento del entorno”.
En 1892, el parque experimentó una significativa ampliación de casi 20.000 m², gracias a la cesión de terrenos por parte de la Compañía del Ferrocarril del Oeste. Años más tarde, en 1984, la construcción de la carretera Vigo-Villacastín afectó a la masa arbórea del parque, lo que llevó a tomar la decisión de cerrarlo perimetralmente con una valla.
FUENTE: Ayto. de Salamanca
A comienzos del siglo XX, el parque entró en una etapa de deterioro. La falta de mantenimiento, el escaso riego, la pérdida de árboles, el aumento del tráfico en la carretera cercana y la construcción de un centro educativo —que ocupó unos 3.000 m² originalmente destinados a zonas arboladas— provocaron su progresivo abandono y un notable deterioro de su imagen. Hacia 1926, el espacio fue rebautizado como ‘Parque de Primo de Rivera’, y un año después, en 1927, se emprendió una profunda renovación. Durante la década de 1950, se construyó un campo municipal de deportes, que acabaría siendo el origen del futuro Pabellón Municipal. En los años 60 se llevó a cabo una importante transformación estructurada en dos fases.
Ya en el siglo XXI, los parques y jardines comenzaron a adaptarse a nuevas necesidades: integrar zonas para el juego, el deporte y aplicar criterios más respetuosos con el medio ambiente. En este contexto, en 2014 se acometió una ambiciosa remodelación de La Alamedilla, que le dio su imagen actual. Dos años más tarde, en 2016, se plantaron 20 árboles de distintas especies.
FUENTE: Ayto. de Salamanca
Hoy en día, el parque de La Alamedilla cuenta con un total de 391 ejemplares, repartidos en 44 especies vegetales distintas, lo que refleja su diversidad y recuperación como espacio verde urbano.