OPINIóN
Actualizado 16/04/2025 08:00:45
Isaura Díaz Figueiredo

Izquierda Unida de Guadalajara ha exigido al Ayuntamiento «la retirada física y digital de todos los programas de Semana Santa por hacer apología de la sublevación militar de 1936», así como «su reedición en términos que sean admisibles por una democracia».

Según el partido comunista, el consistorio reproduce textos de las diferentes cofradías de la ciudad en el programa de Semana Santa en el que informa de los itinerarios de las procesiones que tienen lugar en la ciudad de Guadalajara, lo que «permite llamar a la sublevación cívico-militar encabezada por Franco y a la Guerra Civil 'Cruzada de Liberación', asumiendo la terminología franquista y nacional católica».(El Debate)

Hay que ser estúpido de manual para imponer a los otros, como se han de explicar en panfletos o escritos parroquiales. Cada cofradía se puede y debe expresar cómo le venga en gana, siempre que informen a sus cofrades del fin o historia del paso que cargan costaleros, portadores de velas y faroles… porque en definitiva todos los acompañantes forman parte de un momento en la vida de Jesús. Les amarga a quienes quemaron iglesias y conventos, fusilaron y/o violaron a religiosas mientras con el puño alzado entonaban “La internacional socialista”

Una pregunta a los eruditos en historia: ¿la ley de memoria democrática es legal? Recordarles que no tiene memoria, ni es democrática. Consiste en readaptar acontecimientos del pasado, vistos de forma unidireccional, separatista, intencionada, e inductora a un nuevo fratricidio de guerra civilista.

Treinta añeros gritan y pintan en las paredes de nuestras calles “Arderéis como en el 36”. Lo cierto es que antes del 36, desde 1933, hubo una sangrienta persecución religiosa y se asesinaron miles de católicos. Hoy, Martes santo, un retrasado, y para no enfadarme, tuve que echar mano de la palabra del Señor “Perdónale que no sabe lo que hace”.

Un individuo arroja agua desde una garrafa al trono del Santísimo Cristo de la Crucifixión a su paso por las calles de Málaga. El desgobierno fomenta la incultura, arma perfecta para captar borregos y mover masas.

Nos desplazamos a Galicia y vemos cruceiros destrozados a golpe de martillo. Los “Cruceiros” son seña de identidad del paisaje gallego y expresión de la devoción popular, se levantaron en cruces de caminos o cerca de ermitas, iglesias y cementerios. Castelao decía que un cruceiro es "un perdón del cielo. Las personas mayores relatan que en su juventud y niñez, se vivía de otra manera, el decoro y fe. Cuentan que cada vez que pasaban por delante de los cruceros, hacían un alto en el camino y recitaban una oración, también les servía de reposo y meditación, para luego seguir con sus labores.

Los cruceros fueron un punto clave para guiar a los peregrinos, en su camino a Santiago. Actualmente a estas generaciones se las ve desquiciados, adormilados en el papanatismo. Ven al General franco en cada cruz . Pobres enfermos del odio. Todo lo envuelven en color rojo adornado con la hoz y el martillo.

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