OPINIóN
Actualizado 08/04/2025 07:56:21
Alberto San Segundo

Hoy quiero recomendarles un libro que pese a que, publicado en 2021, lleva ya cuatro años de multitudinario éxito editorial y de una sobresaliente repercusión entre críticos y lectores, lo que lo hace muy probablemente conocido por muchos de los lectores de estas reseñas, me parece tan espléndido, tan desbordante de sensibilidad, de emoción e intensidad, de delicadeza y lirismo, de gracia y belleza, y provisto igualmente de una potencia narrativa memorable, que no me resisto a “recuperarlo” y proponer desde aquí su lectura, en particular en estos días que se nos avecinan de relativa pausa vacacional.

Se trata de Hamnet, la poética obra de la irlandesa Maggie O’Farrell, centrada, como quizá pueda inferirse a partir del título, en la vida de William Shakespeare. Hamnet fue el hijo del dramaturgo británico, cuyo nombre lo vincula obviamente a una de sus obras mayores. El pobre niño muere con solo once años (dato que el lector conoce desde la nota preliminar del libro, que desvela su prematuro y triste destino) y partiendo de esta circunstancia se va a desplegar la ficción urdida de manera magistral por O’Farrell.

Podría pensarse que la novela que nos disponemos a leer, tras esta información sobre la muerte del niño, será una suerte de biografía del dramaturgo o, al menos, la de su infortunado hijo. Y algo hay de ello, en efecto, en la original propuesta de la escritora irlandesa. Sin embargo estamos ante una construcción literaria, novelesca, pues la autora “se aprovecha” del hecho de que las referencias conocidas de la biografía de Shakespeare sean escasas y se hundan en una niebla de conjeturas, meros atisbos y especulaciones (ni siquiera la que pasa por ser la fecha de su nacimiento, el 23 de abril de 1564, resulta fiable del todo), para, partiendo de estas circunstancias documentadas (su mujer, sus dos hijos, la muerte del pequeño Hamnet); de ciertos datos familiares constatados; de algunos escenarios identificables (dos ciudades, Stratford-upon-Avon y Londres, una calle, una casa, los patios y corrales de las representaciones teatrales); de las escasas informaciones fidedignas sobre su instrucción infantil en gramática y literatura latinas; de algunos apuntes sobre su desempeño en las tablas… construir, inventar, levantar una espléndida ficción sobre la que, por tanto, es y no es la vida del bardo, del que, además, en una opción deliberada de la escritora, en ningún momento se nos dice su nombre, ni su apellido. Shakespeare es, por tanto, una excusa -muy bien trabada- para desarrollar el relato, una historia de alcance universal sobre el dolor y el amor.

La novela se estructura en torno a dos planos cronológicos que se entrelazan en constantes vueltas adelante y atrás en el tiempo: el presente de los días previos a la muerte del pequeño y el pasado del encuentro, el enamoramiento, la boda y los primeros años de la vida conyugal del escritor y Anna Hathaway, que aparece en la novela como Agnes, el nombre con el que, al parecer, su padre la identificaba en su testamento.

El libro interesa por el carácter adictivo de una narración que induce en el lector una lectura arrebatadora; por la soberbia indagación en la psicología de los personajes (singularmente la de Agnes, una construcción literaria inolvidable; de ella dirá su esposo: de todas las personas que conocía, eras tú la que tenía más cosas escondidas dentro); por el interesante relato de las vicisitudes vitales de las cuatro figuras principales -los padres y sus dos hijos-; por la soberbia, minuciosa y fidedigna ambientación; por la formidable recreación tanto de la esfera íntima como del entorno exterior que enmarcan la acción; por la consciente y muy notoria vinculación entre el relato narrado y la propia obra de Shakespeare, a la que se alude en más de una referencia; por la espléndida utilización de los recursos literarios y estilísticos de una escritora muy dotada… También por los muchos temas tratados: el amor romántico y el pasional, el apego y la vida conyugal, el deterioro de la pareja frente a los duros embates del tiempo y de la ausencia, los afectos y los fuertes vínculos familiares, los placeres y los pesares de la paternidad, la identidad y la búsqueda del lugar propio en el mundo, la persistente amenaza de la muerte, cruda y despiadada, el dolor y el desgarro que conlleva en quienes permanecen vivos (ya no hay certezas, nada es seguro), el sentido de la vida, el evanescente universo del espíritu, que trasciende la existencia material, la genuina y fecunda realidad de la naturaleza frente al alienante y fragoroso (ya en el siglo XVI) frenesí urbano…

Pero, sobre todo, el recuerdo más vivo que nos queda de la novela tras su lectura es su atmósfera, hecha -ya se ha dicho- de sensibilidad y ternura, de sentimiento y belleza, de delicada melancolía. Porque, en el fondo, lo verdaderamente importante de este libro -de cualquier libro, en realidad- es su capacidad para “acogernos”, para transportarnos al universo que recrea y, una vez en él, hacernos disfrutar, conmovernos, enternecernos, asombrarnos, inquietarnos, turbarnos, estremecernos, provocar en nosotros la identificación con las criaturas mostradas, reconocernos en ellas y en sus afanes, aprender de nuestras muy reales vidas a través de las suyas inventadas, sufrir, llorar, alegrarnos, reír, vivir, en el corto lapso de su lectura, una existencia plena, más rica, multiplicada.

Leer Hamnet es, así, un gozo, un placer, una experiencia que mejora nuestro siempre pobre transcurrir por el tiempo. Hay infinidad de libros interesantes, excelentes incluso; y, además, hay libros deslumbrantes, inolvidables, que agitan y exaltan y en los que el lector reconoce una voz que habla -y toca- lo más íntimo de su alma. Hamnet es, sin duda, uno de estos valiosos y privilegiados especímenes de esas milagrosas maravillas.

Con mi entusiasta recomendación les dejo hasta dentro de quince días en que, tras las vacaciones de Semana Santa, volveré con nuevas e interesantes sugerencias de lectura.

--

Maggie O'Farrell. Hamnet. Editorial Libros del Asteroide. Barcelona, 2021. Traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera. 352 páginas. 23.95 euros

Alberto San Segundo - YouTube

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Ya no hay certezas, nada es seguro