Su trayectoria simboliza la historia de una familia que apostó por el esfuerzo y el trabajo duro
Roger Cosme, un hombre de origen humilde y emprendedor por naturaleza, nos abre las puertas de su historia personal y profesional. Nacido en noviembre de 1960, fue el noveno de doce hermanos, su vida ha estado marcada por el trabajo duro, la familia y una pasión innata por el comercio que lo llevó de repartir peces y a gestionar junto a varios hermanos Supermercados Cosme, con locales en Salamanca, Santa Marta de Tormes, El Encinar y Alba de Tormes.
Hijo de Ignacio e Isabel, desde pequeño, el río fue su patio de juegos y su primera escuela de vida. “Éramos 12 hermanos, mi padre se dedicaba a pescar en el río, mi madre Isabel lo vendía por teléfono o como pudiese y mis hermanos yo principalmente íbamos a repartirlo”, recuerda con nostalgia.
A una edad temprana, Roger ya combinaba las tareas escolares con el trabajo familiar. “Iba a la escuela y repartía los peces, luego volvía a clase. Tendría unos 12 años cuando dejé la escuela”, admite. Aunque sus padres querían que continuara estudiando, su inclinación por el trabajo y el comercio fue más fuerte. “Me gustaba demasiado. Salía de la escuela y me iba a ayudar a mi padre en la la Frutería Seve que tenía su padre en la calle Sanchez Llevot”, afirma.
La transición de Roger hacia el mundo de los supermercados no fue un giro repentino, sino una evolución de sus experiencias previas. Tras dejar la escuela, se volcó en ayudar a su padre en la frutería y, con el tiempo, empezó a recorrer las provincias de Salamanca, Ávila y Valladolid para vender frutas y verduras. “Conozco toda la provincia de Salamanca y parte de Ávila, como las Flores de Ávila y sus pueblos. Me movía por ahí hasta que 19 años cuando me fui a Melilla hacer la mili, pero volví y en 1982 abrí mi primer supermercado con mi padre”, explica.
Con su padre iba a buscar la fruta a Valdivia (Extremadura), y de allí a casa, a hacer también venta ambulante, con una pequeña furgoneta y en Alba también llegaron a vender con un carro y un burro.
El negocio familiar creció con el tiempo. Roger, cuatro de sus hermanos y su padre abrieron el primer supermercado en la carretera Peñaranda en el año 1982 y después, en la década de los 90, abrieron un nuevo supermercado en la calle los García de Alba de Tormes. A los dos primeros en su localidad natal les siguieron otros en El Encinar, Salamanca y Santa Marta de Tormes.
Sorprendentemente a Roger Cosme se le conoce por ser carnicero y ocupar siempre el puesto de la carnicería, pero sus comienzos fueron en la frutería y su amor por la fruta nunca decayó. “Si tuviera que elegir ahora entre ser frutero o carnicero, elegiría frutero, fíjate lo que te digo. Me gustaba más, era más llevadero y yo nací frutero”, detalla.
Los años 2000 son los años que Roger recuerda “como muy positiva desde el punto de vista empresarial”. En la actualidad, de todos los supermercados creados solamente sigue abierto el del El Encinar y el actual ‘Unide Market de Supermercados Cosme’ en Alba de Tormes. Aunque Roge Cosme ya era socio de Unide en sus anteriores supermercados, decidió abrir un UNIDE MARKET para ser más competitivo en el mercado actual.
El cambio trajo mejoras notables: mayor clientela y una forma de trabajar más eficiente. Sin embargo, Roger reconoce que algo se perdió en el proceso. “En la tienda pequeña era más familiar, más de tú a tú. Aquí abarcas más clientes, pero el trato no es tan cercano. Aunque sigo teniendo clientela fija, antes era fijo de verdad”, explica.
Uno de los pilares de los supermercados Cosme es su carnicería, que Roger mima con especial dedicación. “Creo que tengo el surtido más grande de carne en Alba y comarca. La calidad es altísima”, asegura. Sin embargo, también nota cómo los gustos de los clientes han cambiado con el tiempo. “La gente joven pide hamburguesas, pollo, pechugas, cosas fáciles de cocinar. Antes se vendían más callos, lengua, riñón… eso va disminuyendo. Los jóvenes cocinan menos esas cosas”.
La llegada de grandes cadenas como Mercadona, Carrefour y Lidl marcó una época dura para Roger. “Empezaron a llegar y había que competir. A 20 km tenemos de todo: El Centro Comercial el Tormes, Santa Marta, Salamanca… pero aquí en Alba no había ninguna de esas grandes, y eso nos ayuda”, reflexiona. A pesar de haber recibido ofertas para unirse a franquicias o vender su negocio, Roger siempre optó por mantenerse independiente. “He tenido ofertas, pero yo quería ir por mi cuenta”, explica.
Con más de 40 años en el comercio, Roger mira atrás con satisfacción. “Los comienzos fueron duros, empezamos de nada. La gente me conocía por mi padre y me ayudaba, me decía cómo cortar la carne o qué hacer. Era otro tiempo, el público de ahora es diferente”. Hoy, sus supermercados son un referente en la zona, y él se siente agradecido: “Estoy muy contento con la clientela de Alba y toda la comarca. Nunca he tenido problemas con nadie, ni con los trabajadores ni con los clientes”.
Roger Cosme es un ejemplo de cómo el trabajo constante y la conexión con las raíces pueden construir un legado sólido. Desde el río hasta el supermercado, su historia es la de un hombre que supo transformar la tradición familiar en un negocio próspero, sin perder de vista lo que realmente importa: la calidad, la familia y el trato humano.