Nos animamos a salir a dar una vuelta este sábado para ver el pozo de los Humos. El días estaba encapotado y descargo bastante lluvia. Aún así nos dejo seguir la senda de Unamuno y llegar al salto de agua de cincuenta metros del río Uces.
Le decía por videollamada a mi hija Clara que no hay que irse a las cataratas del Niágara. No comparamos el tamaño pero realmente llevan mucha agua y se veía ese efecto de humo. Recordaba las épocas en las que llevaba a mi grupo scout de pioneros y recordaba cuando se bañaban en la parte de debajo de la cascada. También eran tiempos en los que se podía acampar libremente.
Ahora una incipiente primavera no ha traído todavía las hojas a los árboles. Pero ya se ve la diversidad botánica con ficarias, fumarias, lamium, flor de los espinos albares, las cornicabras todavía sin brotar, los madroños, sanguisorbas, acederas y cientos de especies en este privilegiado microclima por donde también paseó Miguel de Unamuno. Me viene a la memoria su: “ Venceréis pero no convenceréis” que dijo a Millán Astray en la Universidad de Salamanca en 1936. Se podría aplicar actualmente a Trump o Putin actualmente. También dijo que el fascismo se cura leyendo y el racismo se cura leyendo. Ahora quizá habría que añadir qué leemos y dónde viajamos.
Al parar a tomar un café en el bar del pueblo se vislumbra otra realidad. Una familia extranjera atendiendo el bar. La España vaciada está recibiendo familias latinas y marroquís. Son los niños que se empiezan a ver en algunos pueblos.
De momento es más común que los que teletrabajan o de jóvenes autóctonos que no puedan pagar los alquileres de las ciudades y extiendan las ciudades dormitorio a una hora en coche.
Esta semana acepté la invitación de una asociación de vecinos de Puente Ladrillo para hablar de mi experiencia en la protección de menores y la convivencia y educación con inmigrantes. La idea de los organizadores era desmentir bulos. Por lo menos hubo escucha y diálogo. Desde luego yo tampoco estaría de acuerdo en hacinamientos como pasa en Canarias. Pero sí en ver como una oportunidad la convivencia plural y solidaria. Que haya en los parques más niños que perros y que no puede haber tantos niños víctimas de las mafias de adultos.
Los Neandertales tenían un cráneo mayor, en un diez contra diez habrían competido y ganado a los sapiens porque también tenían más músculos y eran más fuertes. Los sapiens dominan el mundo por su capacidad de ficción. La cooperación humana a gran escala se basa en mitos comunes. Una realidad imaginada no es una mentira.
En el libro de Sapiens dice estas cosas Harari. Aplicando a la educación y a la política no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante los discursos de odio.