OPINIóN
Actualizado 28/02/2025 13:47:59
Julio Fernández

La gestión política ultra conservadora en algunos países como USA o Argentina, de la mano de los políticos más reaccionarios, está traspasando las líneas rojas que muchos gobernantes europeos marcaron a fuego después de la catástrofe más cruenta de la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial y el exterminio nazi.

Gracias a las aportaciones de políticos socialdemócratas y democristianos europeos se construyó el tan ansiado Estado del Bienestar, que protege a los ciudadanos, sobre todo a los económicamente más débiles. Es a partir de entonces cuando se universalizaron las políticas publicas de educación, sanidad, servicios sociales o dependencia, hasta el punto de que -siendo inimaginable tan sólo unos años antes- se empezaron a ver jóvenes, hijos de familias económicamente más humildes, cursar estudios universitarios y a beneficiarse todos los ciudadanos de una sanidad y unos servicios sociales públicos y universales, de unas pensiones de jubilación adecuadas y de unas condiciones laborales dignas que permitían a los trabajadores compatibilizar mejor su vida laboral y familiar, teniendo también derecho al ocio, al que históricamente sólo optaban las clases más poderosas.

Actualmente, estas políticas del Estado del Bienestar se están convirtiendo en el enemigo público número uno de los políticos reaccionarios que están comenzando a gobernar en países muy relevantes como USA o Argentina y anteriormente en Brasil, donde la indigencia política que profesan sus máximos dirigentes es palmaria. No sé si los ciudadanos norteamericanos y los argentinos saben muy bien lo que han hecho dando el apoyo a personajes más próximos a protagonistas de películas de comedia e historietas de comics, que a líderes políticos sólidos, sensatos, racionales y coherentes.

Pero lo más alarmante de todo esto no es sólo la repercusión que la gestión política de los que prefieren utilizar “la motosierra” (Milei o Trump) -que no sólo corta árboles, sino también decapita y extermina la dignidad y los derechos humanos más elementales- en lugar de implementar políticas públicas que mejoren la vida de todos los ciudadanos; sino que esa pandemia –más poderosa que la peste negra, que provocó la muerte de la mitad de la población europea y asiática- la estamos visibilizando ya en España desde hace unos años con la supresión de las políticas públicas, fundamentalmente de sanidad, educación y servicios sociales y la privatización de esos servicios en la Comunidad de Madrid, en la que gobierna Ayuso, una siniestra delegada política de Trump y Milei, quién también cuenta con los “Elon Musk” de turno, que tergiversan la realidad. ¡Hay que ver cuántos descendientes intelectuales dejó Goebbels!, artífice principal de la propaganda nazi.

Y ante este desaguisado, que comienza a ser irritante, ¿qué tiene que decir el máximo responsable del PP, el señor Feijóo? ¿Por qué está tan calladito? ¿Comparte Feijóo las políticas de Trump, Milei y Ayuso? Ante la callada por respuesta, interpretaremos que sí, porque, ya se sabe, “quién calla, otorga”. Esta “zorrería política” del líder de la oposición, sabemos que no es nueva, ya que tampoco ha tenido la valentía de desautorizar al presidente de la Generalitat valenciana, Mazón, que ha dado mil versiones diferentes sobre lo ocurrido la tarde del 29 de octubre, en la que la DANA dejó más de dos centenares de muertos, que podrían haberse evitado si este señor hubiera estado en su puesto y hubiera dado la alerta oportuna sobre la catástrofe. Lejos de reconocer los errores de Mazón, Feijóo y todos los “barones” territoriales –pusilánimes ellos- le apoyan incondicionalmente y cargan contra las autoridades del Estado y los técnicos de AEMET o la Confederación hidrográfica del Júcar. Resulta indignante, esperpéntico, ridículo e incluso irrisorio, escuchar a líderes del PP como Tellado (poniendo siempre gestos que dan miedo), Gamarra o Bravo, defendiendo a capa y espada a Mazón y atacando a la ex ministra Teresa Ribera, por quién todo el PP se desplazó, incluso a la Eurocámara, para intentar paralizar su nombramiento como Vicepresidenta de la Comisión Europea. Se les notan demasiado a los presidentes autonómicos esas risitas forzadas que ponen siempre –de lo contrario no “saldrían en la foto”- y sus “hipócritas apoyos”, no sólo a Mazón, sino a sus “jefes” de filas, Ayuso y Feijóo, a los que “rinden pleitesía” y siguen sus doctrinas incondicionalmente aunque les conduzcan al suicidio político. ¡Qué hipocresía, qué manipulación y qué falsedad!, pero también ¡qué ridículos!

Para finalizar, me gustaría hacer una llamada a los millones de funcionarios públicos, de trabajadores y de pensionistas existentes en España y que constituimos la inmensa mayoría de los ciudadanos y me la hago también a mí mismo, como es lógico, ¿vamos a permitir que hipotéticos gobiernos reaccionarios futuros –los que pudieran componer PP y Vox- desplieguen las políticas ultramontanas y contrarias a los derechos humanos, de Trump, Milei y Ayuso y nos recorten drásticamente, no sólo el número de funcionarios públicos, sino también los salarios, las pensiones y las condiciones laborales dignas de los trabajadores, como ya se están recortando en las áreas geográficas donde gobiernan estos señores?

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