OPINIóN
Actualizado 06/02/2025 10:54:55
Manuel Rodríguez García Marogar

En alguna otra ocasión ya he escrito al respecto. Entresacado del libro “El fútbol”, el periodista Jean Philippe Rethacker, reflexionó sobre un asunto de plena actualidad. Lean si no…

· Fútbol Antiguo: Yo le aseguro que terminan todos por olvidar lo esencial, que es el juego de balón… El fútbol, muchacho, no es una ciencia exacta ni un juego de ajedrez.

· Fútbol Moderno: Todo el mundo jugaba entonces sin orden ni método, con el sólo objeto de llevar el balón a la portería contraria… la prueba es clara: con un defensa en 1870, dos defensas hasta 1925, tres defensas con la WM y cuatro defensas con el 4.2.4., el fútbol no ha cesado jamás de reforzar su aspecto defensivo… Existe decadencia a partir del momento en que el número de defensores creció mientras disminuía el de atacantes… Es una ecuación de ese fútbol algebraico y matemático que me da horror.

· Fútbol Antiguo: “… esos cambios de pases cortos que duran horas me ponen nervioso y no sirven en realidad para gran cosa. Con el pretexto de no perder la pelota, se divierten ustedes con un fútbol anticuado, premioso, lento, complicado y totalmente improductivo, que no hace más que adormecerle... Me gusta más un buen contraataque rápidamente trabado, tajante como un acero de Sheffield, que sacuda el entumecimiento general y hunda a una defensa en el más alocado de los pánicos.

· Fútbol Moderno: El fútbol de contraataque es el fútbol de mañana. Los progresos realizados en la técnica individual y la evolución táctica harán que, pronto o tarde, la distinción entre atacantes y defensores se esfume: todos serán atacantes y todos serán defensores, según el curso del juego…

· Fútbol Antiguo: “Sigo persuadido de que son los hombres quienes hacen las tácticas. La mejor prueba es que fenómenos como Kopa, como Di Stéfano y como Pelé han construido un sistema sobre ellos mismos y alrededor de ellos mismos. Su personalidad, su estilo, han bastado para modelar su equipo a su imagen. Y sin ellos, el equipo caería en el anonimato. Así pues, ¡Abajo los cálculos sabios, las ecuaciones complicadas de geometría del espacio! ¡El hombre es quien juega siempre su papel y afirma su personalidad, gracias a Dios!”

Sin duda, me parece que hay razones contundentes en el diálogo anterior para afiliarse a lo mejor de cada uno.

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