La Asociación ASPAS Salamanca pide una comisión de servicio para que este profesional no desaparezca “por el bien de los pacientes”
Hace unos días se conocía la preocupación en Salamanca por la desaparición de un especialista en el servicio de otorrinolaringología del Hospital charro. Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Amigos del Sordo de Castilla y León (FAPAS CyL) y las asociaciones miembros, denunciaban que las personas sordas se quedaban sin atención especializada en el centro sanitario. Ya es oficial, desde el lunes día 26, no hay un profesional especializado en la programación de los implantes cocleares en las personas sordas (un aparto que sirve para ayudar a dar una sensación de sonido a una persona profundamente sorda o que tiene problemas graves de audición).
"En Salamanca, el servicio de implantes cocleares ha sido, durante muchos años, un referente no solo en la región, sino a nivel nacional", explica Eva María Morales, presidenta de Aspas Salamanca. Sin embargo, la reciente desaparición de una figura clave en el proceso de programación de estos implantes está generando preocupación entre las familias afectadas. “El proceso para recibir un implante coclear comienza con varias pruebas en los hospitales, principalmente en los servicios de otorrinolaringología. Tras estas pruebas, se determina si el paciente es candidato para la cirugía, que se realiza cuando la pérdida auditiva es total en uno o ambos oídos. Una vez realizada la intervención, el paciente debe esperar alrededor de un mes para que el implante se integre correctamente en su sistema auditivo”, explica para poner en contexto la situación.
Una vez transcurrido este tiempo de espera, comienza la fase crucial: la programación del implante. “Este proceso se realiza a través de un ordenador y requiere de una enorme paciencia tanto por parte del paciente como de la persona encargada de la programación, en este caso, un otorrinolaringólogo especializado. La programación permite ajustar el implante para que el paciente pueda escuchar sonidos de manera adecuada y sin molestias”, explica. "Y precisamente esa figura es la que ya no existe en el Hospital de Salamanca".
Dos menores con implantes cocleares
La programación del implante coclear es un proceso complejo y delicado. “No solo se trata de activar el dispositivo, sino de ajustar cada uno de los parámetros para que el paciente, que en muchos casos es completamente sordo, empiece a percibir sonidos. Al principio, el paciente no entiende lo que está oyendo, ya que está recibiendo estímulos auditivos completamente nuevos. De ahí la importancia de contar con un profesional cualificado que realice este proceso de forma gradual y personalizada que en Salamanca lo desempeñaba una profesional que había sido formada para ello", añade.
Sin embargo, esta profesional ha sido trasladada a Zamora. “Esto ha dejado a Salamanca sin un experto en programación de implantes cocleares, lo que afecta a todos los pacientes que dependen de este servicio y ha dejado un vacío”, explican desde ASPAS.
Estos implantes cocleares pueden ser programados por personal de las casas comerciales que venden estos dispositivos, pero “la falta de continuidad en el servicio y la disponibilidad constante que ofrece el hospital plantea un problema importante. Las casas comerciales no pueden estar a disposición de los pacientes de manera regular, lo que podría llevar a que muchos no reciban la atención adecuada”, denuncian.
Eva María subraya que, aunque los técnicos de las casas comerciales saben realizar la programación, la diferencia radica en la disponibilidad y el seguimiento constante que solo un hospital puede ofrecer. "Si algo no funciona correctamente con el implante, en un hospital puedes contar con un otorrinolaringólogo para resolverlo rápidamente. En las casas comerciales, esto no es posible", explica.
Desde Aspas Salamanca, la asociación está luchando para que se resuelva esta situación de manera urgente. La demanda es clara: se necesita a un especialista en programación de implantes cocleares en el hospital de Salamanca. "No se trata solo de que haya una persona capaz de hacer la programación. Es necesario que esté disponible de forma continua, porque un implante coclear no es algo que se ajuste una sola vez", señala Eva María.
La solución más viable, según la presidenta de la asociación, sería una comisión de servicios que permita a la anterior profesional seguir trabajando en Salamanca mientras se cubre su puesto en Zamora. “De esta manera, el servicio podría mantenerse sin interrupciones y los pacientes continuarían recibiendo la atención que necesitan”, añade.
La situación actual pone en riesgo la calidad de vida de las personas con implantes cocleares, tanto adultos como niños. “La programación adecuada de estos dispositivos es esencial para su correcto funcionamiento y para que los pacientes aprendan a oír de manera efectiva. Sin la figura especializada en programación, el proceso podría volverse largo, frustrante y, en algunos casos, incluso llevar a que los pacientes rechacen el implante por la incomodidad de los ajustes mal realizados”, concluye.