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Actualizado 22/01/2025 13:36:47
Adrián Martín

Lisboa, la vibrante capital portuguesa, se presenta como una opción inmejorable. Con su atmósfera romántica, su rica historia y su cercanía a Salamanca, es el destino perfecto para quienes buscan una escapada llena de amor y cultura

A la hora de planear una luna de miel, muchas parejas piensan en destinos exóticos y lejanos. Sin embargo, no siempre es necesario viajar al otro lado del mundo para disfrutar de una experiencia romántica y única. Elegir un destino cercano tiene grandes ventajas: permite reducir tiempos de traslado, aprovechar al máximo cada día y, además, descubrir lugares llenos de encanto que muchas veces pasan desapercibidos.

En este sentido, Lisboa, la vibrante capital portuguesa, se presenta como una opción inmejorable. Con su atmósfera romántica, su rica historia y su cercanía a Salamanca, es el destino perfecto para quienes buscan una escapada llena de amor y cultura. Osvaisdeviaje comparte con nosotros los principales atractivos de una luna de miel en Lisboa.

Plaza de Rossio: Un inicio perfecto


La Plaza de Rossio es el lugar ideal para comenzar la aventura en Lisboa. Este punto emblemático combina historia, cultura y una vibrante atmósfera. Aquí podéis relajaros tras el viaje, disfrutando de un café en una de sus terrazas, mientras contempláis el icónico Teatro Nacional Doña María II, ubicado donde antiguamente estuvo el palacio de la Inquisición.

Además, no olvidéis visitar la Iglesia de Santo Domingo, que ha sobrevivido a terremotos y un incendio, dejando un interior con paredes quemadas que cuentan su historia única. También merece la pena admirar la fachada neomanuelina de la Estación de Rossio, cuyo techo fue diseñado por Gustave Eiffel.

Un paseo por la Alfama


El barrio más antiguo de Lisboa, la Alfama, es perfecto para pasear de la mano por sus estrechas calles adoquinadas y descubrir rincones llenos de encanto. Subid al mirador de Santa Luzia, desde donde podréis disfrutar de vistas panorámicas del barrio mientras compartís un momento romántico.

Cerca del Panteón Nacional, encontraréis el mosaico dedicado a Amália Rodrigues, la reina del fado. Aprovechad la visita para explorar este monumento y capturar una de esas fotos de pareja que inmortalizan el viaje.

Castillo de San Jorge: Historia y vistas


El Castillo de San Jorge combina arqueología, historia y vistas espectaculares de Lisboa. Podéis recorrer sus ruinas arqueológicas que abarcan desde los primeros asentamientos en el siglo VII a.C. hasta la época morisca y los restos de un antiguo palacio. No os perdáis la Cámara Oscura, un sistema óptico que ofrece vistas en tiempo real de la ciudad desde la Torre de Ulises.

Si buscáis una experiencia más profunda, podéis uniros a los recorridos guiados que explican la rica historia del lugar.

Escuchar un fado: La banda sonora del romance


Una cena acompañada por la melancólica música del fado es una experiencia inolvidable para cualquier luna de miel en Lisboa. Podéis disfrutar de este espectáculo tradicional en los pequeños restaurantes del barrio de Chiado o en la Alfama.

Si preferís algo más breve, existen espectáculos de 50 minutos perfectos para combinar con una cena romántica en la ciudad.

Visitar el Oceanario: Una experiencia mágica


En el Parque de las Naciones, el Oceanario de Lisboa ofrece una experiencia única para parejas que aman la vida marina. Con más de 15.000 criaturas de 500 especies diferentes, este acuario os llevará a explorar ecosistemas fascinantes. Desde la recreación de arrecifes de coral hasta las frías aguas del Atlántico, cada rincón del Oceanario es una maravilla para compartir.

El Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém


En el barrio de Belém encontraréis dos joyas arquitectónicas que no pueden faltar en vuestro itinerario: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém. Ambos son Patrimonio de la Humanidad y reflejan la rica historia de Portugal durante la era de los Descubrimientos.

Tras vuestra visita, relajaos en los jardines del monasterio y disfrutad de un dulce típico: los famosos pasteles de Belém, que harán las delicias de cualquier pareja golosa.

Sabores de Lisboa


Uno de los grandes placeres de viajar a Lisboa es descubrir su rica y variada gastronomía, una mezcla de tradición y creatividad que seduce a cualquier paladar. Desde dulces irresistibles hasta platos llenos de historia, Lisboa promete una experiencia culinaria fantástica.

Pasteles de Belém: La joya de la pastelería portuguesa


No se puede hablar de Lisboa sin mencionar los famosos pasteles de nata, pequeños bocados de hojaldre crujiente y crema suave que son símbolo de la ciudad. Aunque los encontrarás por toda Lisboa, la parada obligatoria es la Antiga Confeitaria de Belém, donde se dice que se prepara la receta original de este manjar. Perfectos para disfrutar tanto calientes como fríos, los pasteles de Belém son el acompañamiento ideal para un café a media tarde mientras contemplas la belleza del barrio de Belém.

Caldo verde: Sencillez y confort en un plato


El caldo verde es una sopa tradicional de Portugal que destaca por su simplicidad y sabor reconfortante. Preparado con col gallega finamente cortada, patatas y chorizo, este plato es perfecto para una cena ligera o para calentar el alma después de un día explorando la ciudad. Aunque es originario del norte del país, se ha convertido en un clásico que encontrarás en muchos restaurantes lisboetas.

Bacalao à brás: El rey de la cocina portuguesa


El bacalao es un ingrediente esencial en Portugal, preparado de innumerables maneras, pero ninguna tan popular como el Bacalhau à Brás. Este plato combina bacalao desmenuzado con patatas paja, huevo batido y perejil fresco, creando un revuelto dorado y lleno de sabor. Ya sea en un restaurante tradicional o en una taberna local, este plato es un imprescindible para quienes desean saborear la esencia de la gastronomía portuguesa.

Pastel de Bacalhau: Un bocado crujiente con historia


Las croquetas de bacalao, conocidas como pasteles de bacalao o bolinhos, son un aperitivo que encontrarás en cualquier rincón de Lisboa. Estos pequeños bocados crujientes se preparan con una mezcla de bacalao desalado, patatas, perejil y huevo, y son ideales para compartir mientras disfrutas de una copa de vino.

Sardinas asadas: El sabor del verano lisboeta


Las sardinas asadas son sinónimo de verano en Lisboa, especialmente durante las Fiestas de los Santos Populares. Se preparan directamente sobre brasas y se sirven con pan o acompañadas de patatas y pimientos. Este plato sencillo pero lleno de carácter es una verdadera celebración de los sabores del Atlántico. En cualquier taberna o puesto callejero durante las festividades, encontrarás sardinas asadas que te transportarán al corazón de la cultura lisboeta.

Francesinha: Un festín contundente


Aunque originaria de Oporto, la francesinha ha conquistado los paladares de los lisboetas. Este sándwich, cargado de embutidos, carne, queso gratinado y cubierto con una salsa picante hecha con cerveza y tomate, es una opción deliciosa para quienes buscan un plato más sustancioso. Perfecta para compartir en pareja si te apetece una comida inolvidable y cargada de sabor.

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