El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace pocas semanas, concretamente en la celebración del día de la Memoria Democrática en la que se homenajean a las personas que sufrieron las consecuencias de la guerra civil y la dictadura franquista, que durante el año que acabamos de inaugurar se realizarán actos de Memoria Democrática al cumplirse 50 años de la muerte de Franco. Se conmemorará así medio siglo de España en libertad, se seguirán exhumando restos de víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista, además de homenajear a cuantos seres humanos no lo fueron en su momento porque la dictadura de Franco sólo recordó, homenajeó y dignificó a las víctimas del bando franquista; nunca a víctimas del bando republicano.
A este respecto es bueno recordar que nada más terminar la guerra civil, el gobierno franquista aprobó una Orden por parte del ministerio de la Gobernación dirigido por el germanófilo amigo de los nazis, Serrano Súñer, de 1 de mayo de 1940 para que “todo aquél que desease exhumar el cadáver de sus parientes asesinados por la “horda marxista” para enterrarla en cementerio, podrá solicitarlo en el plazo de 6 meses sin tener que abonar deudas sanitarias de ninguna clase”. Estas exhumaciones ya se venían realizando desde el 6 de mayo de 1939, quedando legalizadas con la Orden posterior de Gobernación. Por tanto, el franquismo se encargó de exhumar las fosas comunes de los asesinados por el bando republicano. Lo que prueba, una vez más, que las informaciones que se manejan desde ciertos sectores sociales y políticos (algunos de la derecha del PP y la ultraderecha de VOX, además de formaciones falangistas) próximos al franquismo, no son ciertas. Desde estos sectores, bien por desinformación o por intereses espurios y malintencionados, se sigue diciendo que también hay muchas fosas comunes de personas del bando franquista que el gobierno actual no quiere ni exhumar ni homenajear, algo que es rigurosamente falso, puesto que el franquismo exhumó las fosas de su bando de las que tenia información fidedigna.
Cuestión diferente es que recientemente hayan aparecido fosas comunes en algunos territorios, como Madrid, que pueden ser de enterramientos de asesinados del bando franquista, lo que ocurre es que la mayoría de esas fosas fueron exhumadas en los años 40 del pasado siglo, como podemos deducir por la Orden de exhumaciones. Cierto es que aquéllas exhumaciones, según muchos historiadores y arqueólogos, se hicieron de forma chapucera y pudieron quedar muchos cuerpos sepultados aún aunque oficialmente se creyera por aquél entonces que se habían exhumado todos los cadáveres de las fosas. Desde luego, si quedó alguna, como las otras fosas, las de personas del bando republicano asesinadas en la guerra civil y en el franquismo, serán exhumadas por el gobierno, en virtud de la Ley de Memoria Democrática de 2022, como es lógico. La ignorancia o la mala fe, o las dos cosas a la vez, hacen que, incomprensiblemente, haya sectores de la derecha y la ultraderecha dominados por el rencor, el odio y el resentimiento, que siguen viendo con malos ojos que se esté homenajeando y dignificando a personas del bando republicando asesinadas, torturadas, vejadas y exiliadas, todas ellas, por el franquismo cainita y vengativo.
No estaría mal que -5 décadas después de la muerte del último dictador de nuestro país y sobre la que se edificó nuestro actual Estado Social y Democrático de Derecho Constitucional- todas las fuerzas políticas democráticas firmaran un gran pacto de Estado por el que se comprometieran a investigar aspectos de la guerra civil y de la dictadura aún desconocidos, se dignificaran, homenajearan y repararan a todos cuantos sufrieron las consecuencias de aquélla negra etapa de nuestra historia reciente y que, de una vez por todas, se cerraran definitivamente todas las heridas. Es lo mínimo que merecen las víctimas y sus familiares casi 9 décadas después del golpe de Estado que acabó con aquél periodo democrático y constitucional de la Segunda República española.