Elisa está preparada,
muy feliz e ilusionada,
porque se va con su hermana
a esperar la cabalgata.
Como en esta madrugada
ha caído gran helada,
lleva un abrigo de lana
para estar muy abrigada,
y proteger la garganta
en esa fila tan larga,
de niños con su bufanda
esperando la llegada.
De pronto suenan campanas,
villancicos y baladas
pues se acerca, acicalada,
la comitiva formada.
El rey Melchor con su barba,
con una capa muy larga
y su nariz colorada
tirando largas guirnaldas.
El rey Gaspar en su barca
con su melena de canas,
que canta una serenata
con su voz tan entonada.
Después Baltasar, que saca
mil caramelos de nata,
que caen en el paraguas
de mi vecina Renata.
Con Papá Noel se acaba
esta alegre cabalgata
mientras que su reno andaba
con traje rojo y corbata.
Elisa, ilusionada,
se va a dormir a su casa
para esperar la llegada
de lo que pidió en su carta:
barcos de siete fragatas,
miles de banderas blancas
y mucho blanco en las almas
que todas las guerras para,
bellas cimas de montaña,
un repique de campanas,
una lluvia de estrellitas,
y cien sonrisas de plata.
Elisa ya está acostada,
soñando sobre su almohada
que los Reyes le regalan
lo que les pidió en su carta.
Mercedes Sánchez