LOCAL
Actualizado 24/12/2024 17:34:37
Rosa M. García

El obispo de Salamanca y de Ciudad Rodrigo explica cómo se compagina el trabajo en ambas diócesis, su visión sobre las celebraciones navideñas por parte de los salmantinos y cómo vive él estas fiestas

Tras unos inicios difíciles, el obispo de Salamanca y de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, hace un balance positivo del trabajo realizado en las dos diócesis y cómo compaginan ambas. Además, aprovechando las fiestas navideñas, el obispo nos da su visión sobre cómo se celebran por parte de los ciudadanos y cómo vive él estos días, dejando un mensaje: “Procuremos no ocultar el motivo principal de las fiestas”.

A punto de cumplir los tres años como obispo de Salamanca y de Ciudad Rodrigo, ¿qué balance puede hacer de este tiempo?

Hago un balance positivo. El comienzo fue arduo; lo de las dos diócesis era realmente una dificultad, lo de tener las dos casas abiertas, el no tener día fijo, sino depender de necesidades, de fiestas, de acontecimientos, que yo crea que se debe estar en un sitio o en otro… Al principio, los primeros meses fueron difíciles. Luego hemos hecho un esfuerzo de orden, sobre todo en la agenda, de tener mucha fidelidad a lo que nos hemos comprometido. Considero que se hizo el primer año un balance en positivo, que yo creo que tranquilizó mucho la situación y ahora, pues a trabajar bastante y estar en los máximos lugares posibles.

O sea, que se pueden compaginar bien, después de aquellos primeros meses difíciles...

La verdad es que tienes las dos curias que te ayudan, con los vicarios, etc. Allí (Ciudad Rodrigo) el vicario general hace una labor importante, porque es el que está 'a pie de obra' y cuando vamos, vamos tratando los asuntos, yo llamo a la gente que ha pedido verme y luego está también mi propio hermano que hace de secretario de los dos lugares y de conductor. Nos hemos ido adecuando a la situación según la necesidad y la verdad es que ahora, trabajando, vamos a decir bastante, sí lo tenemos bien ordenado. Creo que se puede hacer, pero yo no me imagino si hubiera venido solo cómo hubiera sido la situación, pero sí que en la en la actualidad está bien atendido dentro de la dificultad.

Claro, no deja de ser el doble de trabajo

Todo es doble. Tienes que hacer aquí reunión del Consejo Episcopal, allí también, reunión del Consejo de Presbiterado, pues igual allí, consejo de Pastoral, igual allí... Fiestas, pues hay días, como el Corpus, que fue en los dos sitios, otros días, como ahora en Navidad, cada día en un lugar.

Es, digamos, un poco locura

De momento, la tenemos bien ordenada la locura.

Uno de los problemas de las dos Diócesis es la escasez de sacerdotes, ¿se ha ido solventando con los recursos que hay o cómo está este tema?

Hay muchas poblaciones, si se puede llamar poblaciones a algunas, 500 entre una diócesis y la otra. Te da un poco de pudor cuando haces el nombramiento a un sacerdote con 8 o 10 o 12 poblaciones, aunque algunas sean pequeñitas. Ahora la verdad es que está funcionando bastante bien lo que es las celebraciones en espera de presbítero. Se ha preparado gente, bien formada, que en algunas de estas poblaciones van los domingos, que yo creo que la dificultad es más bien la celebración del Domingo; entonces logran salvar el domingo, en el sentido de que logran que la comunidad se reúna, se hace la lectura de la Palabra de Dios y luego se puede dar la Comunión, aunque a veces la gente puede confundirlo con la eucaristía. La verdad es que hay un grupo numeroso de laicos que han hecho la preparación y están trabajando muy bien.

¿Algún otro problema destacado en la actualidad?

Ahora no, la verdad. El problema ese de los sacerdotes va a ser lo habitual. Luego el asunto es, pues como me pasa a mí, es decir, cuando te encargan una tarea que a lo mejor es en un sitio mucho más amplio de lo de antes, que a lo mejor antes había en un pueblo hasta dos sacerdotes y ahora tienes que tener ocho pueblos. Bueno, cada uno hace lo que puede, con la edad que tiene y las fuerzas que tiene ese momento, no se pueden hacer milagros. Lo que pasa es que te deja mal sabor de boca y te gustaría atender mejor; yo si estuviera en un sitio solo, pues habría tardado menos en conocer a la gente y meterme dentro de la sociedad. Ahora me encuentro muy bien, muy a gusto, pero me ha costado, más que cuando estuve solo en una diócesis.

Y esta falta de vocación parece que no va a cambiar…

El jefe de esta empresa, que es el Señor, puede hacer milagros, pero la verdad es que todo lo que es costoso, que implica servicio, que implica dedicación, que implica sobre todo entrega y no entrega parcial, si no una entrega de la vida entera, es difícil. Como, por ejemplo, un joven que quiera ser político, pero para servir, no para servirse de la política o una tarea, como el mismo matrimonio bien fundado y bien enfocado y para toda la vida. Todas estas cosas que no son parciales, si no que entregas toda la vida entera, es costoso realmente. Además estamos en una sociedad que organiza la vida al margen de Dios y no es fácil que en una sociedad así y además con la baja natalidad, con mil cosas en contra, aparezcan vocaciones abundantes. Y luego, el cuidarlas bien; nosotros lo hacemos en el teologado de Ávila, que es donde yo estuve 15 años de rector y allí están prácticamente los seminaristas de gran parte de la región del Duero.

Hablando de la sociedad, como comentaba, ¿cómo somos los salmantinos en el terreno religioso, se está muy alejado o todavía de verdad socialmente se está implicado?

En Castilla, que es una zona muy despoblada, pero a la vez yo creo que hay todavía un trasfondo religioso importante, quizás tradicional en muchos casos, pero no es tan difícil a lo mejor como puede ser en otras regiones donde el estilo de vida es más secularizado.

Respecto a la Navidad y siguiendo con los ciudadanos, ¿en Salamanca hay demasiado consumismo o sigue habiendo mucho sentimiento religioso y se participa y se siente de verdad lo que significa la Navidad? Cómo lo ve el obispo

Siempre hay personas que quieren ocultar el motivo principal de las fiestas. El motivo principal es que Dios nos ha querido tanto que ha hecho una cosa que era impensable, que se hace uno de nosotros con una cercanía que no podíamos sospechar, y se ha hecho el Emmanuel, 'Dios con nosotros', que está cerca, que quiere tener que ver con nuestra vida. Hay personas que por su estilo de vida o su pensamiento hacen esfuerzos para que ese motivo fundamental que es la Navidad, pues de algún modo se palíe, se tape ese aspecto religioso. Pero en nuestra sociedad todavía está claro cuál es el motivo por el que hacemos fiesta. Lo que pasa es que luego, aparte de esa oposición, habrá muchas distracciones, que también nos hacen olvidar ese motivo fundamental; unos preparan sus vacaciones en un lugar exótico, los otros las pueden reducir, en cualquier caso también bonito, a encontrarse con la familia o con los amigos, y luego otros, pues con cosas menos de menos fuste, como puede ser eso, el consumismo que decías o las compras, las luces,... cosas que nos distraen de lo esencial realmente.

Entonces, todos lo celebramos, pero la mayoría no por el motivo que es. ¿Y el obispo cómo celebra la Navidad?

Como puede. Vivo con mi hermano y mi cuñada, que es el que me ayuda. El día de Nochebuena solemos acudir a algún lugar especial, hemos estado en el Comedor de los Pobres, posiblemente este año vayamos a cenar con los sacerdotes mayores en la residencia también, nos parece una presencia que debo tener allí. Normalmente digo aquí la Misa del Gallo, luego la de Navidad en Ciudad Rodrigo; el día 26 tenemos una convivencia de sacerdotes en Ciudad Rodrigo, que es el día de San Esteban, y el día 27 aquí en Salamanca. Y el día 28 nos juntamos; yo soy el hermano mayor y recibo aquí a mis hermanos como padre grande, nos juntamos en casa los cuatro hermanos que somos, por lo menos un día, es el único día del año que nos vemos los cuatro con sus respectivas parejas y a veces alguno de los chicos.

¿Qué mensaje le transmitiría a los salmantinos de cara a estas navidades?

Justamente lo que decíamos antes, el que procuremos no borrar o no tapar, no ocultar el motivo principal por el cual parece que estos días el corazón lo tenemos más tierno y más afectuoso, que no sea si no el motivo principal, que el verbo se ha hecho carne, Dios se ha hecho carne o se ha hecho cercano en la carne de un niño pequeño, con esa ternura y esa debilidad digamos, no viviendo con mucho éxito, incluso rechazado y naciendo en un lugar pobre. Entonces, yo creo, nos exige a nosotros también estar cerca de los pobres, pero del pobre de todas las pobrezas, que no es solamente de la cartilla de ahorros, si no de otras tantas pobrezas que tenemos ahora.

Me gustaría también felicitar a todos los salmantinos y especialmente a las personas que, humanamente hablando, podríamos pensar que no tienen motivos para la alegría; gente que está sola, enfermos, ancianos, gente sin trabajo o con un trabajo precario, a todas esas personas, que tendrían motivos para no celebrar fiesta, decirles que también el Señor viene para ellos.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Local
  3. >Mons. José Luis Retana: "Siempre hay personas que quieren ocultar el motivo principal de las fiestas de Navidad"