Los derechos humanos no son solo una lista de principios; son un recordatorio constante de nuestra capacidad para crear un mundo más digno, ético y solidario. En un contexto global cada vez más complejo, seguir defendiendo estos derechos es un imperativo para garantizar la paz y la estabilidad de las generaciones futuras.
Luis Calvo Lahiguera
Defensor de los derechos humanos
Hace 76 años, el mundo vivía las secuelas de una devastadora Segunda Guerra Mundial, un conflicto que dejó al descubierto la capacidad humana de infligir dolor y cometer atrocidades. Con la esperanza de prevenir la repetición de tales horrores, el 10 de diciembre de 1948 nació la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), un documento histórico que reconoció por primera vez derechos inherentes a todas las personas, sin importar su raza, género, religión o cualquier otra condición.
Hoy, en un mundo radicalmente distinto al de 1948, los principios de esta declaración siguen siendo un referente fundamental para proteger la dignidad humana y construir sociedades más justas.
Desde su creación, los derechos humanos han evolucionado para adaptarse a los retos de cada época. En 2022, la Asamblea General de la ONU incluyó el derecho a un medioambiente saludable como parte de los derechos humanos fundamentales. Esto refleja cómo problemas globales como el cambio climático y la degradación ambiental afectan profundamente a los derechos básicos, especialmente en comunidades vulnerables.
Además, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, como el fin de la pobreza o la reducción de desigualdades, dependen directamente del respeto y la promoción de los derechos humanos. La idea de «no dejar a nadie atrás» es, en esencia, una extensión de los principios de la DUDH.
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS?
1) Inalienabilidad: los derechos humanos son universales y no se pueden suprimir, salvo en condiciones muy específicas, pero siempre respetando las garantías procesales que brinden un juicio justo.
2) Equitativos y no discriminatorios: los derechos humanos no realizan distinciones entre personas, estableciendo que todos somos libres e iguales, prohibiendo todo tipo de discriminación.
3) Indivisibles e interdependientes: todos los tipos de derechos humanos están interrelacionados, de manera que el avance o retroceso en los derechos civiles, políticos, sociales y/o culturales influye en el desarrollo de los demás.
Vale aclarar que los derechos humanos incluyen tanto derechos como obligaciones. El derecho internacional dicta que los Estados son responsables de respetar, proteger y aplicar los derechos humanos. Por tanto, el Estado no solo debe proteger a los individuos y grupos de los abusos y vulneraciones de sus derechos, sino que también debe promover leyes que aseguren el progreso de los derechos humanos.
IMPORTANCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
En tiempos de crisis, los derechos humanos son más relevantes que nunca. Son una herramienta crucial para enfrentar desafíos globales como conflictos armados, desigualdades económicas y la emergencia climática. Además, proporcionan un marco ético y jurídico que permite exigir justicia y rendición de cuentas a gobiernos y actores internacionales.
En un mundo interconectado, los derechos humanos no solo garantizan el respeto individual, sino que también fomentan la cooperación y solidaridad entre naciones. Por ejemplo, el acceso a la educación, la salud y una vivienda digna no solo son fundamentales para el desarrollo personal, sino que también impactan en el bienestar colectivo.
RETOS ACTUALES Y NECESIDAD DE PROTECCIÓN
A pesar de su reconocimiento, los derechos humanos enfrentan vulneraciones diarias en diversos contextos: conflictos bélicos, discriminación sistémica y limitaciones a libertades básicas como la expresión o el movimiento. La movilización ciudadana, junto con la presión de organizaciones como Amnistía Internacional y las Naciones Unidas, es crucial para defender estos principios y prevenir abusos.
CONCLUSIÓN
A pesar de los desafíos, los derechos humanos son una herramienta viva, capaz de adaptarse y responder a las necesidades del mundo contemporáneo. Cada vez que se garantiza un juicio justo, se protege la libertad de expresión o se asegura la educación de un niño, los principios de la DUDH cobran vida y fortalecen nuestra humanidad compartida.
En este aniversario número 76, es esencial recordar que el respeto a los derechos humanos no es solo responsabilidad de los estados y las instituciones internacionales. Cada persona tiene un rol que desempeñar para exigir, promover y proteger estos derechos, contribuyendo a la construcción de un futuro más justo y equitativo para todos.
Los derechos humanos no son solo una lista de principios; son un recordatorio constante de nuestra capacidad para crear un mundo más digno, ético y solidario. En un contexto global cada vez más complejo, seguir defendiendo estos derechos es un imperativo para garantizar la paz y la estabilidad de las generaciones futuras.