Unos 100 palestinos han muerto en la Franja de Gaza en las últimas 24 horas por ataques israelíes. 100 víctimas, 100 inocentes, 100 palestinos entre hombres, mujeres, jóvenes, niños y algunos bebés que hay que sumar a las más de 42.000 personas que han sido asesinadas desde que empezó el genocidio hace un año, un mes y 23 días, y a las que habrá que sumarles las que mueran a partir de ahora mismo, porque el Netanyahu de los demonios no tiene ganas de dejar de jugar a matar civiles. La finalidad de su maldita guerra era acabar con Hamás, pero eso ni se lo cree él, ni se lo creen sus aliados, y mucho menos lo creemos los ciudadanos.
Todos sabemos que en el fondo de todas las guerras hay otros negocios sucios, otros despropósitos inconfesables, otras barbaridades que la población civil no merece, pero aunque por primera vez los ciudadanos estuviéramos equivocados y esto no fuera un pretexto para justificar lo injustificable tampoco el fin justifica los medios, porque los palestinos no son terroristas, son los terroristas palestinos. Y ningún civil debe morir por un terrorista. En España, a ver si este genocida se entera, sufrimos el terrorismo de ETA durante 50 años, y ni a las víctimas, que fueron muchas, ni a los ciudadanos, que nos dolían mucho, ni a los políticos, que los había de todas las ideologías, se nos ocurrió jamás decir que para acabar con la banda terrorista había que acabar con el pueblo vasco, porque todos lo teníamos claro: los vascos no eran terroristas, eran los terroristas vascos. Y el resto de los españoles no podíamos estar de acuerdo con ellos porque el fin no justificaba los medios.