Hoy ha creado una nueva vida aquí junto a su familia, algo que ha supuesto para el hacer realidad un sueño
“Para mi hoy vivir en Peñaranda es lo que muchos seres humanos piden para las personas que quiere. Es un pueblo bonito con gente maravillosa y amables que me han acogido como uno más”. Este bien podría definirse en la literatura infantil como el “colorín colorado” a una historia de superación y lucha vital que ha desembocado en tierras charras buscando hacer realidad un sueño, el de disfrutar de una calidad de vida lejos de un día a día de incertidumbres.
Esta es la historia de Yordan Rodríguez, un cubano, trabajador social para el gobierno de aquel país, que un día pensó en viajar a España para buscar un futuro más próspero para él y su familia, algo que se convertía en toda una aventura. El origen de aquel coger las maletas y ponerse en marcha surgió, tal y como explica, “cuando el gobierno español aprobaba la conocida como Ley de Nietos, la cual me daba la posibilidad de solicitar la nacionalidad ya que soy descendiente de español. Un proceso que duraba 11 largos años. Fue un poco engorroso y con mucha burocracia por parte del gobierno cubano y la embajada española en Cuba. Pero una vez obtenido decidí salir de Cuba de inmediato con mi esposa e hijos, buscando una mejor calidad de vida para todos, ya que debido a la crisis económica que se encuentra Cuba se hace muy difícil mantener cubiertas las necesidades básicas que se requiere”.
Llegado a territorio nacional se fijaba en Peñaranda como destino principal, ciudad que descubría a través de una prima que reside en Salamanca, tras lo que iniciaba diversos trámites y lograba una vivienda en alquiler en la que asentar su nuevo nido y comenzar a fraguarse ese tan ansiado nuevo porvenir.
“Como todos los inicios fue duro. Enfrentarnos a una sociedad desconocida y con otra cultura. Dejando atrás parte de la familia, amigos, trabajo y tradiciones. Suponía comenzar desde cero” asegura Yordan quien además solo tiene palabras de agradecimiento para quienes tendieron su mano para ayudarle desde el primer momento. “No puedo más que dar las gracias al Ayuntamiento, Caritas y Cruz Roja, ya que llegamos como una familia en situación vulnerable y nos ayudaron en todo lo que pudieron”.
En la actualidad, dos años y tres meses después de iniciar aquella travesía incierta, Yordan vive feliz en Peñaranda con su esposa y sus dos hijos, uno de ocho años y una niña de 11, disfrutando y con un trabajo estable ambos, en diferentes sectores locales, pero manteniendo una perpetua sensación de haber hecho realidad el ansiado sueño de escribir una nueva y prospera página en su vida.