El origen deportivo de los árbitros actuales puede ser muy variopinto. La mayor crítica a los árbitros es que no jugaron nunca al fútbol y, difícilmente, captan la esencia del juego. Vendría a ser como la carrera de los entrenadores que se tiene más confianza técnica en aquellos personajes que ejercieron previamente de futbolistas y se confía menos en aquellos entrenadores que jugaron poco al fútbol, un caso proverbial es el de Mourinho que no llegó a destacar como futbolista en un equipo profesional aunque jugase de portero en secciones inferiores de Setúbal en Portugal, Setúbal, en dicho equipo ejerció su padre muchos años de entrenador, incluso Mou llegó a confeccionar informes técnicos de los equipos contrarios para su padre.
Los árbitros suelen tener un buen nivel intelectual en determinados casos, con profesiones notables, capaces de ejercer su profesión con eficiencia, a determinados niveles se le escapan los detalles, muy específicamente carecen de cierta sensibilidad necesaria en un partido de fútbol para tratar con los jugadores. Cayendo con facilidad en el trato de “ordeno y mando” con los futbolistas.
Ahora mismo comienzan a incorporarse mujeres al arbitraje, lógicamente con menos experiencias futbolísticas. La teoría del Reglamento no es suficiente.
Personalmente, me dan envidia los árbitros de baloncesto, a la legua se percibe una mayor coordinación entre ellos y una gran sensibilidad en la relación con los jugadores y entrenadores. Nunca pierden la calma, no los ves enfrentados a jugadores, sin gesticulaciones autoritarias, con su talante imponen calma, cuestión que no suelo ver en los árbitros de fútbol. Incluso son más transparentes en la resolución de jugadas dudosas o declaraciones públicas. Se nota una mayor inteligencia práctica en el devenir de los partidos.
Las fuentes de reclutamiento del arbitraje provienen de antecedentes universitarios, profesiones libres, maestros o profesores, etc. Sin embargo, echo en falta la incorporación de deportistas jubilados, entrenadores, licenciados en educación física, gente con conocimientos deportivos de base y acostumbrados a la competición que asumen con facilidad las decisiones de otros en plena competición…
Porque en la actualidad, los sueldos por arbitrar están a nivel de altos ejecutivos lo que facilitaría una mejor selección ahondando en repetidas fuentes de reclutamiento.