OPINIóN
Actualizado 16/11/2024 09:08:45
Julio Fernández

El espectáculo que está dando Feijóo y el resto de miembros del PP por la gestión de la DANA en Valencia, que ha causado más de dos centenares de muertos, es absolutamente dantesco, atrabiliario, mezquino y de una bajeza moral y política desconocida hasta estos momentos en Europa.

Sabíamos que el PP, ahora en la oposición política en el gobierno de España, ha sido siempre capaz de todo, incluidas las barbaridades y los actos más execrables jamás conocidos en la clase política -como la identificación de los miembros de nuestro gobierno con el terrorismo de ETA y de ser la anti-España y alinearse con los enemigos de nuestro país- para conseguir el poder, al que consideran un cortijo de su propiedad, por casta y por tradición y cuando democráticamente lo pierden y pasa a manos de la izquierda política, sienten que se lo han robado y lo reivindican por lo civil e incluso por lo criminal.

Desde el mismo momento en que el gobierno de la Generalitat Valenciana se demoró en activar las alertas, Feijóo –experto en la mentira, la manipulación y la zorrería política, porque nunca rindió cuentas de su relación de amistad con Marcial Dorado, narcotraficante condenado a largas penas de prisión- viajó a Valencia para, a renglón seguido, y cuando había centenares de personas sepultadas en el barro, compareció ante los medios para acusar a Pedro Sánchez y su gobierno de ser los responsables de la catástrofe provocada, exonerando de toda culpa al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quién, constitucional y estatutariamente es el competente para decretar la emergencia y asumir la gestión de las consecuencias de la misma. Aunque, como también sabemos, las comunicaciones de la delegada del gobierno en Valencia y de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera con el presidente de la Generalitat y la consejera responsable de las emergencias, se hicieron desde el momento en que la AEMET y la Confederación hidrográfica del Júcar activaron las alertas. Pero no hicieron caso; la Consejera no atendió las llamadas que incesantemente le estaba haciendo la Delegada del Gobierno y Mazón, que había anunciado que se iba el temporal, hizo lo propio con las llamadas de la ministra Teresa Ribera quién desde el principio intentó contactar con él. Claro, no lo cogía porque estaba haciendo algo más interesante para él: comiendo, con sobremesa larga durante más de tres horas con una famosa periodista valenciana.

También sabíamos que el PP ha acudido infinidad de veces al Parlamento Europeo a intentar paralizar las ayudas y los fondos europeos concedidos a España y gestionados por el gobierno de Pedro Sánchez y a debatir en el foro de la Unión -como si fuera un gallinero- asuntos que competen a la política nacional y que deben discutirse en el Parlamento español. Está claro que el PP no puede soportar que el gobierno español esté liderando el crecimiento económico de la zona euro –por cierto, Bruselas ha adelantado que España mejora en casi un punto la previsión de crecimiento para este 2024, situándose en el 3 %- y hay que poner zancadillas para que España no avance (ese es el patriotismo hipócrita de la derecha española); porque, para el PP, si avanza, los ciudadanos interpretarán que es debido al gobierno de Pedro Sánchez y le apoyarán mas en las próximas elecciones generales en España. Es lo que quiere evitar Feijóo a toda costa, aunque perjudique los intereses de España, que es lo que está haciendo en este momento.

Aún así, la actuación del PP en Europa contra Pedro Sánchez y su gobierno tiene tanta impregnación de odio que están dispuestos a hacer descarrilar el pacto de populares, socialistas, verdes y liberales europeos para nombrar a los miembros de la Comisión Europea. Están presionando de forma intolerable para que la vicepresidenta Teresa Ribera no sea propuesta como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.

La prensa europea se hace eco de esta soberana estupidez que ha iniciado Feijóo y en medios tan relevantes como New Statesman, The Guardian o The Economist, han sido duros con el PP español Lo han calificado de “circo”, de “espectáculo de mierda”, de “espectáculo de trolls”. Jeremy Cliffe, director editorial y senior policy fellow del Think tank ECFR ha llegado a decir lo siguiente, en noticia aparecida en elDiario.es: “Esto es ridículo. Una campaña muy coordinada de la derecha española ha llevado a una competente candidata de centroizquierda para la nueva Comisión Europea, Teresa Ribera, a ser interrogada sobre los fracasos de la derecha española –refiriéndose al fracaso de Mazón en la catástrofe de la DANA en Valencia-. Y lo hacen medios progresistas y conservadores. Todos, con un denominador común, que los diputados conservadores españoles quieren ajustar unas cuentas en Europa con cuestiones que poco tienen que ver con Europa.

No obstante, en esta operación diabólica de la derecha y la ultraderecha española –no olvidemos que en esto van muy de la mano Feijóo, Ayuso y Abascal- intentan mover otra marejada de fondo que puede ser peligrosísima para el futuro de la Unión Europea. Con estas algaradas, lo que realmente pretenden la derecha y la ultraderecha española, es aliarse con los sectores más reaccionarios del PP Europeo, representados por su presidente Manfred Weber y enfrentarse al sector moderado, encabezado por Úrsula Von der Leyen, que ha sellado un pacto entre conservadores, socialdemócratas, liberales y verdes, para impedir el paso de la ultraderecha de Meloni en Italia y del resto de grupos en Europa, con la que, curiosamente simpatizan tanto Feijóo como Abascal como el presidente del PP Europeo, Weber. Y, claro, este grupúsculo, que quiere acercar Europa a las posiciones extremistas próximas al fascismo y al nazismo del periodo de entreguerras y que tan funestos resultados tuvo para la humanidad, no desea, bajo ningún concepto, que personas tan competentes en cuestiones de transición ecológica y cambio climático como Teresa Ribera, accedan al poder en la Comisión Europea, y nada menos que con una vicepresidencia ejecutiva. Y todo esto se lo quieren callar Feijóo y el resto de la derecha troglodita española, esa misma que suprimió la Unidad de Emergencias de la Comunidad Valenciana, la misma que quita el dinero público para estar preparados para emergencias vitales, para sanidad o para educación, con el fin de dedicarlo a la tauromaquia y al negacionismo del cambio climático.

Los ciudadanos españoles y europeos no podemos consentir una deriva de tal calibre, porque si permitimos que prosperen estas tesis de la derecha y la ultraderecha, estaremos dándole el “tiro de gracia” a la construcción europea que con tanta ilusión emprendieron los líderes políticos que surgieron después del holocausto nazi, los que salvaron a la humanidad de aquella barbarie y promovieron la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

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