Las hojas secas son reutilizadas, pues contienen hasta un 80% del alimento que un árbol absorbe durante su crecimiento
Como es habitual en otoño, el Ayuntamiento de Salamanca procede a la recogida de las hojas secas no sólo para facilitar el tránsito de peatones y ofrecer una mejor imagen en calles y plazas, sino también para contribuir a un entorno más saludable en los barrios.
Los medios empleados por el servicio municipal de limpieza se han reforzado durante los últimos días, tras registrarse una mayor caída de la hoja, aumentando hasta seis los equipos de barrido mixto de calzadas, que constan de un operario con maquinaria tanto en turno de mañana como en turno de tarde, además de 9 máquinas barredoras de aceras en turno de mañana y de noche. Estos equipos complementan la labor diaria de los operarios de barrido manual distribuidos por toda la ciudad, que también se han incrementado en seis personas, hasta cerca de 90.
Por su parte, desde el servicio municipal de parques y jardines se lleva a cabo un proceso de aprovechamiento de las hojas secas para proporcionar importantes beneficios tanto para la salud de la zona como de sus habitantes a través de los denominados servicios de los ecosistemas.
Así, se dejan en las zonas verdes aquellas hojas caídas que proporcionan materia orgánica al suelo, ayudando a incorporar carbono al terreno. Al mismo tiempo, mediante labores en las que se trituran las hojas se consigue acelerar dicho proceso de descomposición, siendo distribuidas por las zonas verdes que requieran de este tipo de nutrientes.
La función ecológica más importante que realizan en los parques y jardines de Salamanca es que su descomposición favorece la formación de humus, mejorando la fertilidad del terreno. Así, las hojas caídas contienen hasta un 80 por ciento de los nutrientes que un árbol absorbe durante la temporada de crecimiento.
Las hojas secas también actúan como retenedores naturales de humedad y fijadores del suelo, evitando con ello los arrastres de tierra suelta y controlando la degradación del terreno. Por ejemplo, las sequías e inundaciones, en gran parte, están ligadas a la pérdida de vegetación y deterioro continuo del suelo.
Al mismo tiempo, hojas de los árboles tienen su importancia en el agua de lluvia, ya que poseen una bacteria llamada Pseudomonas syringae que es la responsable de su descomposición, y además favorece la conversión de la humedad de las nubes en gotas de lluvia. Además, la presencia de hojas de árboles en los jardines también contribuye a ser refugios naturales para fauna que contribuye a la mejora de la biodiversidad en la ciudad.
Por tanto, la retirada de las hojas secas de parques, jardines y zonas verdes ayuda a destruir los procesos de regeneración natural y con ello la biodiversidad que favorece. La segunda vida de las hojas secas también contribuye a una Salamanca más saludable y sostenible para los vecinos de todos sus barrios.