LOCAL
Actualizado 12/11/2024 20:16:37
Toni Sánchez

José Luis y Deyanira regentan la churrería ubicada en la Carretera de Ledesma, una de las favoritas de los salmantinos

José Luis Bueno es el propietario de la churrería La Giralda, una de las 9 que se encuentran a pie de calle en la ciudad de Salamanca. Ubicada en la confluencia de la Carretera Ledesma y la Calle Alfareros, esta churrería es una de las preferidas entre los salmantinos. José Luis, que atiende amablemente a SALAMANCArtv AL DÍA, es la tercera generación al frente de este negocio en el que le acompaña su pareja Deyanira. Ambos se caracterizan por su excelente trato al cliente, además de la cuidada elaboración de unos churros crujientes y sabrosos ideales para disfrutar en familia o con amigos.

"Llevo en esta churrería sesenta años, los que tengo", afirma José Luis, quien heredó la tradición de sus abuelos y su padre. La churrería La Giralda abre de manera ininterrumpida desde octubre hasta junio, con un horario de lunes a viernes de 17 a 22 horas y los fines de semana amplían su horario matinal de 8 a 12 horas. "Los días de diario son más tranquilos", explica el churrero, quien añade: "Los fines de semana hay mucho jaleo". Además de su trabajo en Salamanca, y aprovechando sus meses de "descanso" en verano también acuden a las fiestas de algunas localidades como Peñaranda, Barco de Ávila o el Carnaval de Ciudad Rodrigo.

La churrería de Pizarrales se ha convertido por méritos propios en una de las favoritas de los salmantinos, según explica José Luis Bueno: "La verdad que aquí en esta zona les encantan los churros, pero además viene mucha gente de otros barrios y de pueblos a buscar churros y porras. Se ha corrido la voz de que son ricos, vienen a probarlos y después la gente repite porque le gustan mucho. La gente nos trata muy bien aquí y nosotros agradecemos mucho esa fidelidad". Este salmantino manifiesta que esas palabras de los clientes suponen "una motivación para seguir día a día trabajando con la mejor de nuestras sonrisas".

La clave de unos buenos churros, según explica José Luis ante la atenta mirada de Deyanira, es hacer una buena masa: "Lleva harina, sal y agua. No tiene más misterio. La clave es una buena masa, pero hay que darle el toque", manifiesta esbozando una sonrisa: "Nosotros ponemos el agua a hervir y después le añadimos la harina y la removemos. Es el método que hemos aprendido en nuestra familia, pero todos los que se utilizan son perfectamente válidos".

El salmantino lamenta que una vez que se jubilen, "se acabó la churrería de Pizarrales, puesto que no tenemos descendencia". A pesar de ello, la tradición familiar continuará en la churrería La Giralda ubicada en el Paseo de los Cedros: "Es de un hermano mío y a su hijo, mi sobrino, sí que le gusta el tema y continuará con la tradición".

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