Los partidos de fútbol duran 90 minutos oficiales, más los tiempos aleatorios que el árbitro incorpora en cada tiempo de juego consecuencia de interrupciones habidas por lesiones, e incidencias diversas del propio partido... En los últimos tiempos se está tratando de incorporar más tiempo para que el partido se juegue más tiempo real. Ya es un mérito contabilizar 60 o más minutos reales jugados.
Es una asignatura pendiente que el tiempo de un partido de fútbol sea el máximo posible y, aunque por la vía de los descuentos se consigue poco todavía. Hay mentes calenturientas que propugnan partidos más cortos para conseguir más intensidad en el juego intentando jugar a reloj parado (Como en baloncesto). Mejor que estas ideas no hayan prosperado porque reventarían aspectos del fútbol consolidados.
Hace tiempo que propuse un “contrato de honor” entre jugadores por el cual ningún futbolista imitaría ningún golpe ni lesión producida por un contrario, lo cual permitiría un fútbol con menos incidencias que entorpecen una mejor fluencia del juego, ayudarían a los árbitros y apostarían por un “juego limpio” que, en la actualidad, deja mucho que desear. En realidad, nunca hasta ahora había visto tantos jugadores en el suelo, las disputas en el aire siempre acaban con lesionados o imitaciones de golpes con el fin de beneficiarse y vencer la opinión de los árbitros a su favor.
Con todo, según países, el juego se disputa con mayores o menores incidencias según el carácter de los jugadores o el estilo de los árbitros. En España, pienso, se pita demasiado en perjuicio del espectáculo final. Así que las soluciones serían de distinto signo para conseguir un espectáculo más sano, más transparente, más puro…