QUIZÁS LLEGUE EL DÍA
Quizás llegue el día en que seamos
un canto rodado,
Incluso una piedra pulida,
un alma firme, elegante,
en el corazón de la vida.
Una ola de tiempo
que nos lima las aristas,
Que nos regala el aroma
de las cosas imprevistas,
Que nos susurra al oído
entre las pausas y prisas.
Quizás llegue el día en que seamos
una sacerdotisa
para trocar sinsabores
entre mieles de amor
y la paz de una sonrisa.
Mercedes Sánchez