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Actualizado 07/11/2024 07:59:18
Vanesa Martins

Conocemos las principales advertencias de que un menor puede estar sufriendo acoso escolar de la mano de la psicóloga de ASCBYC

El acoso escolar continúa presente en la sociedad. Un problema que afecta a toda la sociedad y que tienen claro desde ASCBYC, con quién hemos hablado en esta entrevista. “El acoso no es solo problema del centro-escolar, no es solo problema de la familia, es un problema social en general”, explica la psicóloga de la asociación, Concepción.

Con ella analizamos las señales de alarma, cómo actuar o cómo debe la sociedad comportarse ante situaciones de acoso escolar.

¿Cuáles son las señales de alarma que podemos ver?

En primer lugar, en casa, vemos es un cambio de actitud de los niños. Toda la impotencia, toda la frustración o todo lo que no pueden expresar en el centro escolar por la situación que están viviendo, la desahogan en casa con malas contestaciones, con una rebeldía que a lo mejor no es normal dentro de los niños, no es la conducta habitual. También hay muchas somatizaciones que a veces se puede pensar que es porque no quieren ir a clase, pero es una excusa que quieren poner y que refleja la ansiedad que sufre. Somatizaciones como dolores de barriga, dolores de cabeza, vómitos, diarrea, dolores musculares, etc. También hay caída de bruscas de las notas y en ocasiones problemas de alimentación, el llevar el material escolar a casa manchado, perdido o roto. Todo ello indica que algo que no funciona bien.

¿Puede que un menor no sea consciente de que lo que está sufriendo es acoso?

Puede ser que en algún caso no sepa realmente ponerle palabra a lo que le está sucediendo, porque pueden considerar que es problema con los compañeros o que hay grupos de niños o de niñas que no quieren estar con él. Puede ser que en determinados casos no sean consciente de que realmente lo que sufre es acoso escolar y sobre todo en edades más pequeñitas. Por eso estamos haciendo campañas de divulgación constante, por eso estamos trabajando constantemente en los colegios para no solamente hacerles entender que determinadas situaciones de violencia pueden estar nombradas como acoso escolar, sino que ante cualquier situación en la que a ellos les haga sentir mal, incómodos, se sientan desplazados, sientan cualquier tipo de violencia física o verbal que lo comuniquen.

"Al concepto de acoso escolar hay que darle la importancia que tiene"

¿Es importante esa comunicación a los adultos?

A través de esa comunicación los adultos, que “en teoría” somos un poco más conscientes, podemos ir perfilando un poco más lo que deba sucediendo. Es verdad que la palabra acoso escolar como le estamos dando mucha difusión, hay muchas personas que en cualquier situación conflictiva ya minimizan la importancia del concepto y a todo le llaman acoso escolar. Esa banalización de la palabra también es perjudicial, porque unas veces son conflictos, otras veces son problemas, otras veces son discusiones que existen entre los niños que en un día lo tienen solucionado, pero bueno, sí que es muy importante que al concepto de acoso escolar se le da la importancia que tiene y que realmente se utiliza cuando se tiene que utilizar.

¿Cómo pueden actuar los padres o los adultos en general ante esta situación de que su hijo esté sufriendo acoso?

Lo primero es escucharlos, observar y preguntar si ven algo de las señales que hemos mencionado antes: cambios de comportamiento, mayor agresividad o mayor ida a la hora de pedir o decir las cosas, el no querer salir de la habitación o incluso de casa de estar siempre acompañado con un adulto. Lo primero es preguntarles sin juzgar, porque en el momento que empezamos a juzgar a nuestros hijos o a los niños, o empezamos a culpabilizarlos de por qué no te defiendes o por qué ha sucedido esto o qué has hecho tú. En ese momento lo que vamos consiguiendo es que el niño se vaya cerrando en banda porque se siente responsable y culpable de lo que le está sucediendo. Es fundamental preguntar, escuchar sin juzgar y ponerse en contacto con el centro escolar, con los tutores, con el director, con la orientadora, porque al final son los máximos responsables de los niños cuando están dentro del centro escolar.

Y en el lado opuesto, ¿cómo pueden actuar los padres del acosador?

Son niños que por algún motivo tienen distorsionado las relaciones con los demás o tienen problemas a nivel psicológico, a nivel emocional o problemas dentro de la familia. No son niños que lo hacen así por así, sino que existe un problema de fondo. Entonces algo muy importante para los padres de los niños que ejercen esa violencia sobre el resto de compañeros es escuchar y no minimizar la importancia de determinadas conductas de sus hijos. Imprescindible no justificar las conductas de sus hijos, porque sí que hay una tendencia a que sabemos que nuestros hijos son los mejores, sabemos que conocemos a nuestros hijos dentro de nuestra casa, no conocemos a nuestros hijos fuera, no conocemos a nuestros hijos cuando se reúnen con un grupo de personas que a lo mejor le alientan a poder hacer algo o que entre todos puedan llegar a hacer algo. Ponerse en contacto también con el centro escolar y evidentemente si todas las pruebas apuntan a que por determinadas circunstancias y ejerce situaciones de violencia sobre otros niños, actuar conjuntamente con el centro escolar y hablar con el niño. Saber qué es lo que pasa, entender por qué motivo está haciendo lo que está haciendo, lo que llamamos siempre que está tan de moda la palabra empatía.

¿Qué reflexión lanza a la sociedad sobre este problema social?

Pues el mensaje fundamental es que tengamos los ojos abiertos, que la violencia es violencia venga de quien venga y que sí como sociedad, como padres, como centros escolares, como sistema educativo, no empezamos a actuar. Los niños que son víctimas tienen huellas y a veces son huellas de por vida, son huellas muy internas, son traumas que a veces no solucionados llegan hasta la edad adulta y todo eso pasa factura. Hay que empezar a conscientes y actuar, que en el momento que veamos cualquier tipo de situación violenta se empiece a poner la voz de alarma, que si es un problema se puede atajar rápidamente, que si es una situación de acoso se puede empezar a actuar rápidamente para que no vaya más, para que así empecemos a formar futuros, porque al final todos los niños son futuros, futuras personas con una serie de valores.

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