La lluvia y sol también fueron protagonistas en un fin de semana ajetreado en El Rebollar
La localidad de Navasfrías celebró este fin de semana su primera Feria de otoño bajo el auspicio de la Diputación de Salamanca y el consistorio local durante del 1 al 3 de noviembre.
Tres días, tres actividades diferentes en las que se ha podido disfrutar del campo y de la maravillosa estampa otoñal que ofrece en esta época toda la zona de El Rebollar.
La feria comenzaría el 1 de noviembre, festividad de todos lo Santos con unas jornadas micológicas que recorrerían los campos fronterizos con Portugal y limite provincial con Extremadura, en la que participó un buen grupo de aficionados a la micología; grupo que pudo haber sido más numeroso si el tiempo hubiera acompañado; pues la mañana estuvo de agua, cayendo en abundancia como suele ser habitual en Navasfrías cuando las nubes procedentes de la zona extremeña, entran en contacto con el aire frío salmantino.
A pesar de no estar la mañana de campo y, la ruta ser menguada por el aguacero, se pudieron recoger algunas setas que fueron después expuestas y degustadas entre los participantes. Al finalizar la comida, hubo una charla a cargo de micólogos expertos de las distintas especies que existen por la zona.
El sábado día 2 de noviembre, las nubes desaparecieron del cielo de Navasfrías, dejando un sol radiante y una temperatura muy agradable para el público asistente a la fiesta de la Matanza tradicional del cerdo; pero como los más mayores saben, no apta para este tipo de actividad, pues se necesita frío y, por ello, comienzan un poco más tarde, cuando las temperaturas bajan; más o menos por San Martín (11 de noviembre).
No obstante, la Diputación salmantina junto con la colaboración de sus ayuntamientos, con el afán de mantener este tipo de tradiciones ya cada vez menos visibles, llevó a cabo su cometido, pues el buen tiempo hizo que más de 300 personas, entre ellos muchos niños, pudieran disfrutar en la zona de EL Bardal de un día de matanza, haciendo llegar recuerdos a la mente de los más mayores que vivieron cotidianamente esta actividad, que servía para llenar las despensas y alimentar buena parte del año a sus familias.
El buen ambiente se palpaba con música de tamboril y gaita, buena lumbre y tocino frito, probadilla y dulces tradicionales no faltaban en las mesas a disposición de forma dádiva para todos los asistentes.
Tras el despiece del cerdo, tuvo lugar un taller de elaboración de embutido donde mayores y pequeños aprendieron que no salían de los escaparates de los comercios, ni nacían solos de los ganchos de las carnicerías.
Para el domingo día 3 de noviembre, como colofón a la 1ª Feria de otoño, se celebraría una “Patatada” a cargo de la <Asadina Animación>, consistente en asar patatas y degustarlas de diferentes formas.
Esta fiesta estuvo acompañada de pasacalles con tamborilero y cuentacuentos. Actividad llevada acabo esa vez en la Plaza del Pueblo disfrutando los participantes de un exquisito manjar, también recolectado en sus tierras, disfrutando de un sol radiante y buena temperatura que contrastó con el primer día de la feria.