Veo confrontación pero poca búsqueda de soluciones colaborativas, lo que ha llevado a una escalada innecesaria de tensiones en la plaza del Oeste
Las protestas recientes contra la tala de árboles producida en la plaza del Oeste han generado tensiones que dejan a uno estupefacto (y a dos policías heridos). Los vecinos, liderados por la asociación ZOES, alegan que no todos los árboles estaban enfermos y que podría haberse planteado una alternativa. Es "un atropello, un arboricidio", indicaba uno de ellos a SALAMANCA rtv AL DÍA.
Sin embargo, las autoridades locales, basadas en informes técnicos, han dejado claro que los árboles están gravemente debilitados debido a una enfermedad estructural que compromete su estabilidad. Dos ya han caído, lo que demuestra el peligro que representan para los peatones y el mobiliario urbano.
No cuestiono la inquietud vecinal por la pérdida de zonas verdes e incluso la aplaudo por intentar de hacer de la ciudad un lugar más habitable, pero no hay que olvidar que el Ayuntamiento ha comunicado en varias ocasiones que repondrá los árboles lo antes posible, comprometiéndose a plantar nuevos ejemplares en la plaza y en otras calles adyacentes. Sí, son promesas políticas, pero el tiempo será, como siempre, el juez pertinente ante los juramentos consistoriales. Entre tanto, no se puede pasar por alto que el ímpetu de la protesta ha pasado, y nunca mejor dicho, de ‘castaño oscuro’. Los manifestantes no solo han obstruido el trabajo de los operarios municipales, sino que han generado enfrentamientos con la policía, resultando en la detención de un vecino y los ya mencionados agentes heridos.
Veo confrontación pero poca búsqueda de soluciones colaborativas, lo que ha llevado a una escalada innecesaria de tensiones. Inma Cid, presidenta de ZOES, ha insistido en que los vecinos no se sienten escuchados, aunque paradójicamente no asistió a la última reunión con el consistorio donde se discutió la urgencia de la tala por motivos de seguridad.
La protesta legítima no debe convertirse en un obstáculo para el bienestar general del barrio. La preservación del medioambiente es crucial, pero también lo es la seguridad de los vecinos. El Ayuntamiento se ha mostrado dispuesto a colaborar y la pelota está ahora en el tejado de los vecinos. Es su turno.