Entre las urgencias para mejorar el fútbol, apuntábamos el último día aquello del “fútbol sin manos”, donde las 4 o 5 polémicas por jornada de competición suprimirían la discusión entre aficionados de uno u otro equipo, actuando como tratamiento hipertensivo, no digamos del periodismo partidista, árbitros y fogoneros del VAR, Comités que no tendrían ya que juzgar tarjetas amarillas inútiles, etcétera.
Otra propuesta rompedora parecida a la anterior sería suprimir las actuales condescendencias, aceptadas por todos, con los marcajes antideportivos en los saques de esquina que, curiosamente, no se perciben en otras zonas del campo: (Agarrones, empujones, golpeos, acciones descaradas) imposibles de que un árbitro, o todos ellos, no vean 5 o 6 veces por partido. Vds, hagan memoria y no recordarán un solo penalti en el lanzamiento de un córner por más partidos que haya visto.
Lógicamente, con tanta dejadez arbitraria, los jugadores ya aprendieron que en esa zona ¨vale todo” y no practican una defensa ortodoxa sino algo parecido al “jiu-jitsu”; “karate” o “judo”. Eso sí, si pita el árbitro siempre será a favor de los defensas. Compruébenlo. Cuando lees literatura antigua de fútbol te enteras que hubo épocas donde se salía a defender y algún delantero acabó “pinchado” por algún defensor que ocultaba alguna aguja en su vestimenta. Se sabe de equipos y jugadores concretos que no se merecen ni citarlos.
Ante la dejadez de todos los estamentos y protagonistas, los árbitros siguen “prevaricando” con descaro y no resuelven, lo curioso es que la única cuestión “unánime” del fútbol es que se siga cumpliendo la máxima de que “ninguna acción punible del fútbol en los córneres sea pitada” (Mientras tanco, silencio mafioso).
Propongo para el primer árbitro que pite un penalti por una falta, consecuencia de un saque de esquina, que le otorguen el “Pito de Oro”.