Con su conocido camión y sentido del humor recorría cada semana los 32 pueblos de la comarca peñarandina para ofrecer todo tipo de productos
“El pez grande se come al pequeño”. Así de rotundo y a la vez triste se muestra el santiagues Javier Castilla quién esta misma semana ha tenido que parar definitivamente el camión que durante más de una década se ha convertido en la tienda ambulante que cada semana ofrecía sus productos y servicios, siempre desde la cercanía y con el habitual sentido del humor de este vendedor ambulante, conocido y reconocido en toda la comarca de Peñaranda.
Javi se muestra especialmente triste al tener que tomar la decisión, algo que le llevaba a publicar un comunicado en el que asegura que “está noticia no me gustaría darla nunca, pero es lo que hay, dejo mi negocio”, poniendo así punto y final a cerca de 20 intensos años de total dedicación a una profesión, que también se ha convertido en pasión, la de vendedor rural, recorriendo con puntualidad los 32 pueblos de la comarca peñarandina, lugares en los que asegura “he conocido a personas maravillosas. Es muy triste tener que despedirme de mi gente” y asegura que “lloro, doy besos y abrazos a todos, pero hay veces que debemos tomar iniciativas nuevas”.
Así pone fin a una etapa vital en la que deja buenas y grandes amistades entre aquellos que un día se acercaban a su tienda móvil por primera vez y que, con el paso del tiempo, se han convertido en gente “casi de familia”.
Una despedida, que también debe suponer una reflexión, ya que con su marcha dice adiós uno de los últimos vendedores ambulantes de la comarca peñarandina, profesión que, en cualquier territorio, está en verdadero peligro de extinción, lo que se traduce en la perdida de un servicio más en los pequeños municipios, debido principalmente a los cambios de hábitos en la forma de comprar, con mayor pesos de las grandes superficies comerciales entre la población. "La realidad es muy dura y a veces hay que tomar decisiones dolorosas como esta...puedo contar que en los últimos dos años apenás he visto 100 euros limpios al mes...los gastos no dejan de subir y cada vez se vende menos" explica.
"El pez grande se come al pequeño. Ya la paso a mi hermana donde empecé yo. Algún día, y no muy tarde, os acordaréis de lo que tuvisteis en los pueblos y os dejasteis ir” asegura rotundo Javier, quién ahora inicia una nueva etapa laboral y vital radicalmente diferente a la que ha vivido estas casi dos décadas.