Presenta en la Librería Víctor Jara El muñeco del maestro, de la mano de la Asociación “El legado de las mujeres”.
Jóvenes sobradamente lectores y escritores. La Fundación Jordi Sierra i Fabra convoca sus premios de novela año tras año celebrando el talento de quienes, como María Lorenzo Valero dejan a un lado los tópicos y viven la literatura con una fuerza que admira y un libro que sorprende. Porque la autora de diecisiete años ha escrito en El muñeco del maestro, un homenaje a la memoria de nuestra historia reciente, vinculación que la une con “El legado de las mujeres” y es la voz sabia de Lola Fidalgo quien presenta a María en este espacio dedicado a la cultura, la librería Víctor Jara, destacando su seriedad y serenidad.
Memoria y legado se unen en la presentación de Lola Fidalgo, quien recuerda la vinculación de María Lorenzo con las tierras leonesas de esa España vaciada cuyas costumbres recuerda y relata a través de la historia de una niña de siete años, huérfana de padre, enamorada de su entorno que odia ir a la escuela donde la letra con sangre y castigo entra… hasta que llega al pueblo en una escena memorable que lee Leire Zóbel, el maestro, el mentor, el referente que descubrirá a los niños la pasión por el aprendizaje a través del amor y precisamente, el descubrimiento. Un maestro con un pequeño secreto propio del realismo mágico que comparte con la niña y que acabará obligado a partir a una guerra cuyos prolegómenos, muy hábilmente, ya se dejan sentir en el pequeño pueblo de Carmen, la niña protagonista. El papel de la memoria, de la historia vivida en primera persona, el protagonismo del cuidado, de la infancia en comunión con la naturaleza son temas que aborda, con gran inteligencia, viveza y habilidad una novelista jovencísima que estudia segundo de Bachillerato y desea estudiar filología… precisamente en nuestra Salamanca.
Y es en Salamanca, donde las calles viven la literatura del presente y del pasado, donde Lola Fidalgo, representando al legado, docente enamorada de esa literatura que tantos miembros del numeroso público asistente enseñan y practican, donde hablamos de esta sorprendente novela. Una historia, como cuenta María, que nació del voluntariado que propuso su centro escolar para visitar a los ancianos de una residencia donde una mujer le contó a la joven autora lo mucho que temía ir a la escuela… hasta que apareció un maestro con un pequeño muñeco. La delicadeza y seguridad con la que cuenta la génesis de esta novela, escrita durante un verano feliz en el que María “oía” y “veía” a sus personajes, convencida de que aquella historia no debía perderse en el olvido, nos recuerdan las palabras de Lola Fidalgo: le gusta la gente que cuida con las manos… esas manos que rescatan palabras anónimas, héroes ocultos, mundos por descubrir que están al lado.
María no es solamente una escritora que nos va a dar muchas alegrías, también es una joven atenta al espíritu de nuestro tiempo, y ahí están la España vaciada de sus recuerdos leoneses de la abuela Dolores, su amor por las costumbres antiguas, su preocupación por el paisaje, la historia reciente contada sin maniqueísmos… y todo desde un lenguaje, como afirma Lola Fidalgo, lleno de plasticidad, propio de una gran lectora y una potente narradora… a la que los alumnos del IES Martínez Uribarri, centro de la docente que no deja de la mano, han podido escuchar, tan maravillados como el público que llenó el viernes el espacio generoso y hospitalario de la Librería Víctor Jara. Es una pequeña joya titulada El muñeco del maestro.
Charo Alonso.