Hace tiempo que los entrenadores de fútbol se manifiestan en dicho sentido: Guardiola, Jürgen Kloop, Ancelotti, etcétera. Vienen a decir a los grandes organismos futbolísticos que no piensen solo en sus ingresos, pero no deja de ser un foro al que no se le atiende. Igualmente a jugadores que a principios de esta temporada comenzaron a airear que la solución sería convocar una huelga.
Si los jugadores no estuvieran tan expuestos durante tantos partidos, las lesiones disminuirían y el rendimiento físico en general sería mayor lo que generaría un mayor, y mejor, espectáculo. Esta premisa, sin embargo, la cuestionan los propios periodistas. Algún atrevido llega a decir que, entonces, los jugadores tendrían que bajarse el sueldo. Cuando en sus contratos nunca se concreta minutos y partidos a jugar.
Dos de los jugadores que este verano propugnaron lo de la huelga (Rodri y Carvajal), han caído en una de las lesiones más temidas como son los ligamentos de las rodillas. Un año sin jugar. La vida sigue. El fútbol sigue. Los directivos siguen. Los clubs siguen. La UEFA y la FIFA siguen. Pero nadie se decide a estudiar un mejor bienestar para los futbolistas, hay quien se queda con lo de siempre: “¡Es que ganan mucho dinero…!” Pero nadie mira por su salud.
Hay alguna reacción de los propios jugadores que empiezan a renunciar de sus propias Selecciones, intentando conservar su mejor rendimiento al equipo que les paga. Y tendrá que aparecer alguna otra solución al objeto de que los equipos no se conviertan en “hospitales de lisiados”.