Continúan los olores generados por la fábrica de grasas de Gudino que ya no afectan solo al municipio del alfoz, sino que se ha extendido a otros municipios a la propia capital charra
Continúan los malos olores en Villamayor y en la ciudad de Salamanca procedentes de la fábrica de grasas de Gudino. Por ello hace unas semanas se creó la Plataforma Cuidamos Villamayor, que se concentró junto a vecinos del municipio del alfoz para reivindicar soluciones.
Ahora, varias semanas después de la concentración, se han presentado desde la Plataforma un total de 29 alegaciones del proyecto de estudio básico “que se centra en la consideración de que los proyectos en cuestión constituyen una modificación sustancial que debería requerir un estudio más exhaustivo y una licencia de obra”, explica a SALAMANCArtv AL DÍA Ruperto Sánchez, portavoz de la Plataforma Cuidemos Villamayor.
Según los afectados, el actual estudio básico no es suficiente para evaluar adecuadamente los riesgos asociados, añadiendo que “estas iniciativas no solo afectan la calidad del aire, sino que representan una amenaza significativa para la salud pública y el turismo en Salamanca”.
En este sentido, con el fin de obtener datos precisos sobre la calidad del aire en la zona, han solicitado la realización de un estudio odorífero. “Este estudio se propone llevarse a cabo en dos fases: la primera consistiría en una serie de mediciones en un periodo de dos a tres días, utilizando tubos de ensayo colocados en ubicaciones estratégicas donde se han registrado más incidencias de olores a través de la aplicación NASAAP. La segunda fase abarcaría un periodo más largo, de aproximadamente quince días, con el uso de equipos que permitirían detectar contaminantes en el aire y saber más concretamente qué se está respirando”, explica.
Ante los malos olores se pide la suspensión cautelar de la actividad relacionada con la planta. Sin embargo, aseguran que el delegado territorial ha rechazado esta solicitud. Por otro lado, este martes tienen programada una reunión con la subdelegada del gobierno en Salamanca y se mantienen en contacto con la Universidad de Salamanca para llevar a cabo los estudios odoríferos solicitados.
Esta situación de malos olores no afecta solo a la población de Villamayor, sino que también afectan a Salamanca. Por su parte, los ruidos afectan a las casas más próximas a la fábrica. “No es un problema de la plataforma, de los vecinos o de Villares, es un problema de Salamanca”, afirma Sánchez.
Sobre el término municipal de Doñinos está prevista la creación de varias plantas nuevas: plantas de Sandach, Biogas, Biometano o Hidrógeno.
Subrayan que la instalación de estas plantas plantea un dilema sobre el modelo de desarrollo sostenible en la región. Si bien reconocen la importancia de las energías renovables, que se implementen soluciones que no comprometan la salud y el bienestar de la población. “Desde estas zonas hasta la Plaza Mayor de Salamanca hay unos 5 kilómetros de distancia, por lo que cuando se averíe una máquina los olores van a llegar a la Plaza Mayor y esto va a repercutir en el turismo de Salamanca”, señala.
Otro elemento a tener en cuenta son los residuos que desembocan en el río Tormes ya que los efluentes y subproductos, que pueden incluir materiales tóxicos y contaminantes, se viertan al río Tormes, poniendo en riesgo la salud pública y la biodiversidad local. “Si estos proyectos no se gestionan adecuadamente, el río Tormes, que es un recurso esencial para nuestra comunidad, podría verse gravemente afectado”, advierte.
Con la instalación de estas plantas a solo unos kilómetros, los riesgos se amplifican, y la comunidad exige medidas preventivas urgentes.
“No estamos en contra de la energía verde, pero estamos en contra de una energía verde que no es sostenible”, destaca y recuerda la importancia de la sociedad salmantina para hacer frente a la situación: “Es un problema de todos los vecinos de Salamanca”, concluye.