El nuevo exoesqueleto presentado hace unas semanas ofrece nuevas esperanzas en la rehabilitación de estas personas pronosticando “un futuro prometedor”, asegura Elena Martín Prieto, fisioterapeuta de la entidad
La parálisis cerebral es un grupo de trastornos neurológicos que afectan el movimiento y la coordinación muscular. Ocurre debido a un daño en el cerebro, generalmente en los primeros años de vida, ya sea durante el embarazo, el parto o en los primeros meses de vida.
Cada 6 de octubre se celebra su Día Mundial y ASPACE Salamanca, un año más, visibiliza y sensibiliza sobre la situación que viven los diagnosticados y sus familias. La parálisis cerebral condiciona la vida de las personas. “Dentro de la parálisis cerebral hay mucha variabilidad en las circunstancias de salud que condicionan la vida”, afirma la fisioterapeuta de ASPACE, Elena Martín Prieto.
Se trata de personas con "diferentes alteraciones no solo en el área motora, también pueden existir alteraciones cognitivas, sensoriales, de la percepción, comunicación, comportamiento. Por otro lado, aparece el proceso de envejecimiento temprano, que supone también un agravamiento de todas las circunstancias”, añade la profesional.
La fisioterapia desempeña un papel crucial desde la infancia, enfocándose en desarrollar y maximizar el potencial del sistema nervioso central afectado. “No solo trabajamos el área motora; también nos centramos en el entorno postural, que es fundamental para la formación del cuerpo y la prevención de deformidades”, explica Martín Prieto. Estas deformidades pueden tener repercusiones importantes en la calidad de vida, afectando aspectos respiratorios, vasculares, digestivos y funcionales.
La fisioterapia aborda diversas comorbilidades asociadas a la parálisis cerebral. “No se considera una patología" pero conlleva múltiples problemas de salud que impactan en la vida diaria de los pacientes. "Por ejemplo, muchos presentan problemas de disfagia, lo que les impide tragar de manera segura y puede requerir alimentación directa al estómago”, añade la profesional.
El proceso de envejecimiento es crucial en la parálisis cerebral y a partir de los 35 años ya puede hablarse de envejecimiento, lo que requiere un abordaje específico y especializado.
“Esta situación multiplica las necesidades de fisioterapia debido a la mayor presencia de problemas músculo-esqueléticos. A medida que los pacientes envejecen, es crucial adaptar los objetivos de tratamiento: en la infancia, se busca maximizar el potencial funcional; en la adultez, se enfoca en mantener la calidad de vida frente a la pérdida de funciones”, asegura. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada persona es única y diferente, y se adaptará el tratamiento a cada caso específico.
Presentación exoesqueleto | FOTO: David Sañudo
Hace tan solo unas semanas, ASPACE Salamanca presentaba un exoesqueleto que promete mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral. “Esta herramienta permite a los pacientes estar de pie y caminar, lo que no solo mejora la movilidad articular y muscular, sino que también puede tener beneficios a nivel respiratorio y digestivo”.
Se trata de un importante avance ya que hasta este momento “no teníamos una forma de colocar, de poner de pie a nuestros niños y a nuestras niñas y de generar un patrón de marcha”. Con el nuevo exoesqueleto, “nos encontramos ante una esperanza significativa en la rehabilitación. Un futuro prometedor”.
Por todo ello, “es fundamental defender los intereses de las personas con parálisis cerebral, mientras se considera su evolución y se adaptan los enfoques de tratamiento a sus necesidades individuales. La experiencia clínica y los conocimientos actuales deben guiar la atención que se brinda a cada paciente”, concluye Elena Martín.